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Días atrás una de las aulas de la Unidad Penal N°7 de Azul se vistió con pequeños trozos de colores. Alrededor de diez participantes comenzaron a transitar el camino del mosaiquismo guiados, en esta técnica milenaria, por la tallerista Leticia Corbellini.
Los asistentes pudieron conocer la técnica, tuvieron contacto con los materiales y las herramientas con que trabajarán en cada encuentro y dieron sus primeros pasos en la creación de sus propias obras.
El objetivo del taller pone el acento en trabajar artísticamente en objetos decorativos pequeños, creando piezas utilitarias o de ornamentación, comenzando con un nivel de complejidad básico para ir elevándolo en el transcurso de las clases. Trabajando tanto en superficies o soportes planos como en la confección de estructuras y volumen.
Asimismo, desde el mosaiquismo se genera un entorno distendido e inclusivo, de conexión creativa, donde se desarrolla la concentración y se fortalece la autoestima a partir de una actividad que brinda satisfacción personal, el deseo de continuar creando de manera independiente; y en definitiva, la posibilidad del aprendizaje de una técnica que permite la posterior decoración y venta de las producciones propias, como una alternativa laboral.
Como señala la tallerista, “se pueden descubrir e inventar nuevos mundos a través de un trozo de azulejo” y ése es el desafío de este taller.
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