yoga5Claudia Cabrera es profesora de yoga terapéutico y forma parte del equipo de talleristas que, en el marco del programa “Universidad y cárceles: desde la resistencia cultural” asiste regularmente a las unidades penitenciarias del Complejo Penitenciario Centro.

Su experiencia en la Unidad 38 de Sierra Chica se vincula a la recuperación del ser interno, la revinculación con la naturaleza, el respeto a la vida misma creando nuevos impulsos y motivaciones.

“Asistir a unos de los lugares más relegados, con más de 800 internos en condiciones extremas, con experiencias e historias de vida muy duras de la mayoría jóvenes -muy jóvenes- potencia una absoluta responsabilidad social. De ellos, veinte detenidos se disponen con voluntad a las técnicas de yoga, meditaciones, al trabajo grupal, a compartir alimentos saludables y aprender de los productos naturales, de nutrición, promoviendo la curiosidad por aprender, leer, revisar nuevos textos, conocimientos, experiencias, sabiduría. Esa es la propuesta”, señala Claudia Cabrera en relación a los objetivos de este taller.

“Entre los logros que detecto priorizo el de la comunicación grupal luego de las prácticas de yoga y meditación. Se suceden interesantes y profundas reflexiones sobre la  vida misma fundamentalmente sobre valores éticos y morales. Ellos mismos se piensan, se cuentan y escuchan recreando nuevas formas e ideas cada vez. Observando y descubriendo las estructuras internas, profundizando en las causas y orígenes de las acciones, en las consecuencias, en la interrelación de cada parte con el todo y  temas que surgen de interés”, añade mientras planifica las próximas actividades a realizar.

No sólo se dictan clases de yoga y relajación, sino que, desde este taller se han cultivado verduras orgánicamente en pequeños espacios verdes dentro de las unidades. Las huertas, la tierra, los espacios al aire libre, contribuyen a contrarrestar el hacinamiento y encierro que los participantes viven a diario, así como a mejorar la calidad de su dieta incorporando la producción recogida. Además les permite adquirir conocimientos para la producción sustentable de alimentos y proyectar formas de sostenimiento e inserción laboral a futuro.

Aunque, para la responsable del taller, la principal “cosecha es verlos confiar, reír, agradecer, respetar”.

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