SE: Pauline ¿cuándo y por qué viniste a Argentina?

Bueno, tengo 32 años, llegue en octubre de 2013, hace casi dos años. Vine a la Argentina porque mi marido es de acá. Hacía tiempo que él no vivía en Tandil porque él se había ido a estudiar a La Plata y después a Suiza durante tres años…

SE: ¿Qué estudiaba él?

Él estudió ingeniería industrial en La Plata y después se empezó a interesar en el tema del medioambiente, y bueno, se fue Suiza a hacer un máster con una beca de la confederación Suiza, justamente para extranjeros que quisieran hacer un máster. Y bueno, yo estaba haciendo el mismo máster, así que… ahí nos conocimos…

SE: ¿vos qué habías estudiado?

En realidad, en Europa tenés tres años y después otro ciclo de dos años así que casi todo el mundo hace el máster porque es como que los tres primeros años es muy poco de ese estudio, es como que para completar una carrera tenés que hacer un máster. Entonces yo estudié geografía humana que ya estaba bastante orientada al medioambiente y después el máster, que era sobre problemáticas sociales del medioambiente. Estudié eso y después nos quedamos con un año más… él se quedó tres años en total. Yo trabajé… hice más que anda una práctica paga.   Después me embaracé y dijimos que el lugar donde nos íbamos a quedar con el bebé y todo iba a ser para largo… no te querés instalar con un bebé y después cambiar seis meses después. Entonces lo pensamos, y de un día para otro sacamos los pasajes y decidimos venir a Tandil, porque yo tenía ganas de cambiar… hacía ya diez años que yo vivía en esa ciudad, en Lausanne.

SE: ¿vos de dónde sos originalmente?

De Ginebra, que queda cerca como a 60 km. Después fui a estudiar por razones personales a otra ciudad, y me quedé ahí… en Lausanne, que está al borde del mismo lago, muy cerca. Ahí hay también una universidad muy grande, muchos estudiantes. Es una ciudad muy linda para ir, para vivir…

SE: ¿qué se les dio por volver a Argentina?

Argentina, por mi marido…

SE: claro, pero ¿por qué prefirieron venir a Argentina antes que quedarse allá?

Por curiosidad, por ganas de conocer el mundo, para mí era una oportunidad grande. Por ahí él me decía que por un lado tenía ganas de quedarse en Suiza pero por otro lado estaba contento de volver acá, y ahora creo que está muy contento de estar acá porque también puede colaborar… o sea, trabaja con la universidad y siente que colabora con cuestiones del país-… le gusta estar en su país y poder colaborar porque por ahí acá sentís que se necesita más que en Suiza.

SE: ¿Conocías Argentina?

Vinimos dos veces cuando éramos novios, para ver a su familia y a sus amigos pero no conocía realmente… yo viví un año en Bolivia donde aprendí el español, viví un año en La Paz, pero hace mucho ya, hace 15 años. Fui de intercambio cuando estaba en el colegio… y bueno, tenía ganas de conocer acá… y Tandil es una ciudad tranquila. Sabíamos que íbamos a estar bien, esta toda su familia, tiene amigos, entonces no íbamos a estar solos. No es como estar en otro país y llegar a un lugar donde no conoces a nadie. Era una situación, “fácil”.

SE: ¿Qué te gusta y qué no te gusta? ¿Cuáles son los mayores contrastes que encontrás entre Argentina y Suiza?

Como país en general es un poco complicado (risas) pero yo me siento bien acá. Siempre digo que sí hay una diferencia cultural pero que tampoco es tan grande como para que me sienta perdida. Entiendo más o menos cómo funciona la gente… entiendo lo que pasa y nunca me sentí perdida. Después, diferencias muy grandes no… después hay diferencias debidas a situaciones distintas: a mí acá me molesta mucho el tráfico, los autos. A mí no me gustan los autos pero voy a Italia y es lo mismo. En los países del norte de la Europa es más controlado el tráfico y respetamos mucho a los peatones, a los ciclistas, y acá todo el tiempo estoy enojada con los autos. Estar con un bebé y que no te dejen pasar… bueno, esas cosas a mí me molestan pero ya las había vivido en el sur de Italia. Después, acá por ahí se reúnen más en familia, y a pesar de que vengo de una familia donde nos vemos bastante… eso es lindo, lo de la familia… después hay una cosa, pero bueno, capaz es de ciudad chica: pero acá en Tandil, la gente tienen los mismos amigos dese los cinco años. Eso por ahí es lindo para la gente de acá pero para los que vienen de afuera es más difícil porque las chicas que yo llego a conocer ya tienen sus grupos de amigas que en realidad tienen sus amigas y no te invitan a ese tipo de grupo de amigas… yo lo veo con mi marido, que aunque hacía tiempo que no vivía acá, cuando volvió, volvió al mismo grupo de amigos, y no van a invitar a un chico que no fue al colegio con ellos.

SE: Sí, eso pasa…

Pero también es, supongo, de ciudad chica, que todo el mundo se conoce, entonces sos parte de un grupo y listo.

SE: ¿Y qué pasa con la comida?

La comida no es tan distinta… me gusta la carne, en casa comemos carne. Y acá comemos un poquito más de carne que la que comemos en Suiza porque allá la carne de vaca es tan cara… es carísima. Vas a Francia y ya está a mitad de precio. Pero en Suiza está muy cara. Por un lado está bueno, por el medio ambiente (risas). Te juro que nunca comíamos carne de vaca… solamente, cuando nos invitaban mis papas y sabían que venía mi marido y decían: “bueno, es argentino, así que levamos a hacer carne” (risas). Pero eran los únicos momentos. No te podría explicar por qué pero está muy cara, entonces comíamos por ahí pollo y cosas así, pero en casa muy poca carne. Porque viste que cuando sos estudiante tampoco tenés mucha plata. La pizza de acá no me gusta para nada… (Risas). Ese es mi gran problema con Argentina, la pizza. Porque me gusta la pizza italiana, que es toda finita y crocante, y acá me parece una pizza que yo asocio más a Estados Unidos. Aunque ahora un poco me acostumbré… hay muchas cosas que yo al principio decía que no, y te acostumbras… por ejemplo, cosas muy tontas, como los yogures… en Suiza hay muchos yogures y no tienen gusto para nada… y viste esas cosas que comés en la infancia… y en realidad ahora ya me acostumbré a la mayoría de esas cosas, como que ya te olvidas de cómo eran…

SE: ¿qué extrañas?

Lo que más extraño es a la gente, amigos, familia… he estado un poco sola acá, más que anda con la beba chiquita, que tiene un año y ocho meses…

SE: ¿tu familia y amigos vienen cada tanto a visitarte?

Amigos no han venido pero familia sí. Nosotros fuimos, una sola vez los tres y después yo fui con mi hija en junio. Nos fue bien, pero de noche no podía dormir bien, se ve que algo le parecía raro…

SE: aparte el idioma por ahí…

Sí, yo le hablo en francés, ella entiende los dos idiomas, pero todo lo que habla lo habla en español. Pero entiende los dos.

SE: ¿hay costumbres que hayas tenido que abandonar o que todavía conserves o que le pases a tu hija?

Y bueno, con los chicos hay una diferencia muy grande… allá a los chicos los acostas a las siete y medio u ocho de la noche., y se levantan temprano, pero en realidad, acá muchos chicos se levantan temprano porque tienen que ir al colegio… y nosotros por ahí no la acostamos a las siete y media porque es medio imposible pero tipo ocho y media o nueve menos cuarto ya está durmiendo. Y al principio me costó un poco porque como que no es costumbre. Y acá  por ahí la gente te viene a visitar a las nueve y yo ya estaba durmiendo (risas). Pero mi marido después me lo agradeció mucho porque así tenemos un ratito nosotros para estar tranquilos, mirar una peli, hablar… y vivimos muy cerca de su hermano y a veces a las diez y media de la noche escuchamos a su hija gritando, corriendo, y nosotros estamos tranquilos (risas). Y son cosas que por ahí yo las hice porque para mí un chico a las diez de las noche no está despierto…

SE: ¿a vos te costó adaptarte a los horarios?

Sí, a mi la comida… allá en Suiza, cuando vivíamos juntos, por ahí para él era normal volver del entrenamiento de rugby a las once de la noche y comer en ese momento, yo a las once de la noche ya ni tengo hambre. No puedo comer muy tarde. Por ahí a veces ahora sí comemos después de que se haya dormido la nena, pero  comemos con ella a las ocho… allá igual se come re temprano. En la casa de mis padres se come siempre siete y media…

SE: dicen que es más saludable…

Claro, después tenés más tiempo de hacer la digestión… si no tenés que hacer una merienda… por eso acá también se hacen meriendas muy grandes porque si no, no aguantas… entonces por ahí eso lo mezclamos un poco y comemos a veces tarde, a veces más temprano, no tenemos una regla muy… establecida… por ejemplo ayer llegue a las 10 a mi casa y ahí sí comí a las diez. Luciano ya había comido así que se hizo un poco suizo (risas). Pero no tenemos horarios fijos. Es una mezcla en el sentido de que es un poco más tarde que en Suiza pro un poco más temprano que acá. Y con la hora de dormir parecido. Lo que pasa es que después la gente duerme la siesta porque mucha gente se acuesta tarde y se levanta temprano, entonces faltan horas de sueño. Y lo compensan con la siesta si pueden. Si no trabajas en horario continuo. Eso es muy distinto: en Suiza, después de los tres años nunca más dormís la siesta (risas) o por ahí el fin de semana pero los horarios son de tipo oficina: de ocho a doce y de una a cinco. Si trabajas en un comercio. Igual en Suiza todo cierra muy temprano. Yo trabajaba en una librería y  las seis y media cerrábamos y el sábado a las cinco. Pero si vas a España los horarios son más parecidos a los de acá. Por eso no son cosas que me parecen locas…

SE: ¿de Argentina has podido conocer más lugares?

Muy poco. Esa es una de las cosas que tengo pendiente. Dos veces vinimos cuando no teníamos hijos ni nada. Pero Luciano quería ver a la familia y a los amigos entonces nos quedamos mucho acá, en la Plata, fuimos algunos días a capital porque yo quería conocer y después a Mar del Plata… pero fuera de la provincia no conozco nada. Cuando llegamos acá yo estaba embarazada de 7 meses así que no era el momento y después con un bebe chiquito es complicado y después empezamos con “Casa Tomada” que no nos deja un fin de semana, entonces los fines de semana es medio difícil… me gusta mucho Bolivia entonces quisiera conocer el norte que por ahí se parece más, pero el sur también quiero, ya vamos a ir… ahora estoy embarazada de vuelta, así que bueno… pero ya vamos a conocer…

Ir al contenido