En la Unidad Penal  N°38 de Sierra Chica, perteneciente al partido Olavarría, en el marco del programa “Universidad en la cárcel: desde la resistencia cultural” de  la Secretaria de Extensión de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires se viene desarrollando desde hace un año un taller de yoga, dictado cada 15 días, donde se trabaja con las necesidades de cada uno de sus participantes, detectando alguna dolencia física o alguna perturbación mental que los aqueja.

El taller está a cargo de la profesora tandilense Claudia Cabrera que se sumó al trabajo en las unidades carcelarias desde la Universidad con un proyecto que tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de los asistentes especialmente en relación a la salud y consecuentemente despertar el interés por desarrollar el autoconocimiento del aspecto espiritual del ser humano.  Asimismo se plantea ampliar la propuesta educativa de los detenidos, contribuyendo  a mejorar  su relación con el entorno familiar y social.

Como resalta la profesora, se busca trabajar con la cotidianeidad de los participantes que viven en un contexto donde están en tensión continuamente, de ahí que la respiración, relajación y actividad corporal sea fundamental para superar desde el trato que reciben hasta la relación con sus familiares.

El desarrollo de la concentración, el equilibrio, la relajación, el pensamiento positivo y la energía vital favorece el paso por las unidades carcelarias y permite convencer a sus destinatarios y a los demás que se puede cambiar ante ciertas situaciones  y controlarse para así también romper con algunos prejuicios sociales.

Esta docente voluntaria acompaña  al proyecto educativo desde la mirada del yoga,  una práctica milenaria  de reconocimiento personal, “tratando de lograr la respiración controlada y el control cuerpo  para estar sanos y sobre todo permanecer sin dolores, generando  así una meditación con el mundo interior y descubrir quiénes somos”,  según dijo la profesora al iniciar sus clases.

Por su parte los participantes del taller cuentan que “ella viene de corazón a darnos las clases acá. En momentos que estás estresado empezás a practicar la respiración que es muy beneficioso  para tu cuerpo”, apuntó  Sergio al igual que Fernando, que también tiene asistencia perfecta:  “encontré la parte que te relaja, el tema de la respiración sirve muchísimo para cualquier ámbito de la vida.  Vivir acá te hace vivir nervioso y con estos ejercicios se aprende a bajar los decibeles”

Claudia Cabrera da clases de yoga terapéutico desde hace diez años, desempeñándose  además  en otros ámbitos y con otros destinatarios, lo que hace que su experiencia personal y profesional sea muy rica.


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