La Spinetteada, acusticazo tandilense impulsado por la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional del Centro, se transformó en un auténtico acontecimiento musical que superó todas las expectativas previstas. Se llevó a cabo durante dos jornadas, el jueves 5 y viernes 6 de julio, en el Aula Magna del rectorado, en Pinto y Chacabuco. La gran cantidad de participantes hizo que se tuviera que desdoblar el programa que igualmente se transformó en una verdadera maratón de casi cinco horas cada noche.
Un lleno total le dio el marco adecuado a los 105 músicos que pasaron por el escenario ya sea como solistas o integrando distintas bandas, en algunos casos debutantes absolutos que encontraron aquí el ámbito adecuado para comenzar a desarrollar sus capacidades musicales.
Los participantes interpretaron temas de Luis Alberto Spinetta, pero también de otros autores y muchos de propia autoría, lo que revela el grado de creatividad que se está dando en nuestra ciudad en la faz artística. Poner esto de manifiesto fue uno de los objetivos del área de Extensión de la UNICEN, además de generar un espacio donde puedan mostrarse nuestros músicos que carecen de alternativas para hacerse oir.
Si bien la movida, como su nombre lo indica, apuntaba a mantener viva la memoria de Spinetta, también estaba dirigida a recordar los 45 años del rock nacional ya que fue un 3 de julio que salió al mercado La Balsa, considerado el primer éxito del rock cantado en castellano. De ahí que la historia y el presente fueran características de esta Spinetteada donde los protagonistas fueron los músicos de distintas generaciones que pudieron expresarse.
Un dato saliente del encuentro fue el reconocimiento que se tributó a Alberto Carlo (Apolín), un cantante muy influenciado por la onda Spinetta pero con estilo propio, que emergió en Tandil en la década del 70 y aún sigue vigente, próximo a lanzar una placa con sus canciones. Para el cierre, el viernes, se armó una especie de superbanda junto al reencuentro de Decavendish -se habían separado tras una década de actuaciones- y la voz de Apolín para la interpretación de Muchacha, un clásico de Almendra.
Por la calidad y la cantidad de las presentaciones, La Spinetteada se transformó en un singular acontecimiento musical que alcanzó gran repercusión, transformándose en un espectáculo que llegó para quedarse, por lo que muchos ya están pensando en la segunda edición.
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