SE: Gustavo, Ud. Es…?

G. C: Nieto de inmigrantes, mi abuelo vino de joven, a los trece o catorce años y se fue a trabajar a una estancia. Mi abuela vino a los veinte más o menos, también a principios de siglo, creo que 1928. Mi abuelo ya estaba de antes, se conocieron porque los paisanos, los inmigrantes  de aquella época se empezaban a juntar entre ellos, en distintos lugares. Por ejemplo ahí en Lanús donde vivía yo, hay distintos centros e instituciones de lituanos y de otros países que empezaron a juntar a los que llegaban de afuera, y muchos se nucleaban por barrios, muchos quedaron en la Boca (en los famosos conventillos), otros en Berisso. Las familias se fueron agrupando en zonas, se fueron organizando y empezando a juntarse para mantener sus costumbres. A partir de ahí empezaron con las ideas de formar instituciones para lo que compraron lotes, y terrenos, para crearlas. Después de trabajar toda la semana, los fines de semana se juntaban a construir… las mujeres hacían el asado, los hombres construían los edificios de los clubes lituanos.

SE: Por qué emigran sus abuelos de Lituania?

G.C: Por un motivo sencillo. Si bien el país siempre estuvo bajo dominios rusos o polacos, a partir de 1918, cuando se instala el comunismo en la URSS, toma ese país y expropian todas las tierras, para dárselo al régimen, al Estado. Entonces dejó de haber trabajo, y si bien en 1928 se independiza Lituania, la economía había quedado muy maltrecha, por lo cual los jóvenes emigraban. Se venían a América, pero no sabían  a dónde. Se tomaban un barco, y se iban…

SE: Entonces, el hecho de haber llegado a Argentina es fortuito…

G.C: Es fortuito, podían bajar en cualquier lugar, como Brasil, no tenían previsto nada. Por ejemplo, la prima de mi abuela vino con ella a la Argentina y la hermana de ella en 1928, y otro primo, se quedaron en EUA. No se reencontraron hasta 1970. Él vino de EUA, hecho un yankee y pensaba que nosotros  todavía andábamos con el arco y la flecha, y nos traía cosas “civilizadas” y nosotros nos reíamos…Pero bueno, se juntaron, se vieron, él estuvo cerca de un mes, y después se fue, y nunca más se vieron. Se escribían cartas, nada más.

SE: El hecho de estar en una colectividad por ahí ayudaba a la integración, pero recuerda alguna anécdota sobre el impacto cultural?

G.C: Desde ya, cuando ellos vinieron no tenían ni idea del idioma, de a poquito se fueron haciendo. Incluso se venían sin trabajo a hacer lo que fuera. Mi abuelo tenía conocimientos de herrería, así que se fue a trabajar de herrero a una estancia. Mi abuela cocinaba, así que se fue a trabajar de cocinera. Después cuando se vienen para Buenos Aires, se fue armando su propia industria, trabajó en una fábrica, y de a poco se fue armando su tallercito hasta que se fue de la fábrica. El problema del idioma era serio: mi papá nació a los cinco o seis años después que mis abuelos llegaran a Argentina, es decir que recién empezó a hablar cuando empezó a ir a la escuela.  Le costó muchísimo porque tuvo que aprender de cero.

SE: Uds., conservaron el idioma?

G.C: En general sí. Yo como era medio vago siempre me escapaba de las clases (ridas). Pero los que estamos ligados a alguna institución siempre tratamos de conservar algo del idioma, danzas, tradiciones, todo lo que se pueda. Incluso entre padres e hijos. Aunque mi padre sufrió tanto de chico con el idioma, que nunca se ponía a hablar conmigo. Yo lo poco que aprendí, lo aprendí afuera. O con mi abuela. Ella me hablaba, porque hablaba en su casa.

SE: Y ha viajado a Lituania?

G.C: Desgraciadamente no. De más joven participaba en muchísimas actividades. Y estábamos en la organización que reúne a todas las instituciones lituanas, en la parte de prensa, difusión, y política. Estábamos en plena guerra Fría. Siempre peleando por la liberación de Lituania del régimen soviético, teníamos prohibida la entrada, así que viajar imposible. Ahora mi idea, es tratar de ir en algún momento…

SE: Bueno, Selene ya fue, así que puede serle de guía turística

G.C: Claro, ella empezó al revés!!!

SE: Ud. Donde nació?

G.C: En Lanús, vine a Tandil por trabajo, hace 28 años. Hice mi familia acá. Mis padres siguen en Bs. As, pero yo me vine para acá, y no me quise ir más. Ellos siguen sus contactos con las instituciones allá. Se siguen juntando a almorzar, a cenar, pero bueno, cada vez van quedando menos. Participan en las fiestas que se organizan, en las colonias hay conjuntos de baile y eso. Este año se ha hecho en Berisso un encuentro de todos los conjuntos de Argentina, incluso fuimos nosotros representando a Tandil, por primera vez, fue la presentación en sociedad. Para mí, independientemente de volver a bailar ahi después de tantos años, fue muy emotivo porque me reencontré con amigos de cuando éramos jóvenes, que ahora son directores de los conjuntos de baile. Incluso éramos un grupo muy unido de las distintas instituciones, de Lanús, Lugano o Berisso, y después nos encontrábamos en San Bernardo, y hacíamos bailes en la playa.

SE: Como se forma la institución que nuclea a los descendientes de lituanos acá en Tandil?

G.C: Eso te lo puede explicar bien Selene. Yo me entero de ello por uno de los chicos que baila, que nada que ver con los lituanos, pero su novia es descendiente de lituanos, y él y yo compartíamos actividades en el club de rugby. Y un día lo vi en una foto con un traje lituano, y entonces me invitó a participar de un almuerzo, y les faltaba uno para un baile que es muy tradicional. Me animé a ir y a partir de ahí me enchufé.

SE: Selene querés contarnos tu historia? Vos sos nieta de inmigrantes, y anduviste averiguando tu historia…

S.B: Sí, en realidad en mi caso vengo de una familia que no tiene participación con ningún centro lituano ni nada. Mi abuelo llegó a la Argentina en el año ’30. Vengo de una familia donde mi abuela murió cuando mi papa tenía nueve años, mi papá murió cuando yo tenía ocho años, entonces todo lo que era tradición oral se fue perdiendo. Mis tíos quedaron huérfanos muy chicos, son santiagueños, y migraron a Buenos Aires en los ’60. Mi abuelo vivía en Santiago, entonces lo que pudimos reconstruir fue cómo llegó mi abuelo de Lituania a Santiago del Estero.

SE: Eso pudiste hacerlo en tus viajes a Lituania?

SB: En parte en los viajes armé el árbol genealógico, y en parte las redes sociales te permiten esto de encontrar gente: me encontré gente con un apellido similar al mío (el mío está mal escrito, en realidad es Banilis, aunque se pronuncia Bañiles). Había gente en Lanús con ese apellido,

GC: claro, yo conocí a muchos parientes de ustedes, muy lejanos, había varios Banilis, que terminaron siendo parientes lejanos de ella.

 y después la búsqueda fue por los centros habituales, por ej., los mormones, y también por el CEMI (Centro de Estudios Migratorios Latinoamericano). Tuve que llenar un formulario y me mandaron el certificado de arribo de mi abuelo al país. Más o menos los nombres coincidían, Constantini Banilis, llegó en el 30’, y a partir de eso empecé a escribirme con gente con el mismo apellido, y fuimos armando la historia, porque encontré una rama de esos Banilis que no tenían participación en ningún centro lituano, no conocían mucho de su pasado. Ahí me encontré con unos chicos cuyo bisabuelo se llamaba como mi abuelo  y el abuelo de ellos se llamaba como un hijo de mi abuelo. Llegamos a la conclusión de que ellos eran como sobrinos primos míos; ellos contaban que su abuelo murió, en el 2000, hablaba poco el idioma, y siempre hablaba de Santiago del Estero y no sabían por qué. Ahí nos enteramos que mi abuelo llegó con este hijo, vivieron un tiempo en Buenos Aires y en Santa Fe. Ahí se separaron, este hijo se volvió a buenos, aires, se casó, tuvo una familia y mi abuelo se fue a Santiago del Estero donde conoció a mi abuela y tuvo a mi papa y a mis tíos. Después encontré gente en Lituania muy predispuesta a hacer trámites, buscar en el archivo, traducir. Encontré un amigo que me hizo trámites, y por otro lado, la sobrina de una familia de Tandil, que ellos después de mucho tiempo encontraron parientes en Lituania, después por las redes sociales de internet encontraron familiares. Y justo se dio la casualidad de que la madre de esta chica tiene por hobby hacer árboles genealógicos. Entonces yo le di unos datos y como el archivo lituano tiene microfilmados todas las partidas de nacimiento y las actas de defunciones yo estuve en Lituania de un miércoles a un lunes. Me encontré con esta chica el jueves, el domingo por la tarde tenía el árbol hasta de mi tatarabuelo, con los datos de mi abuelo, los hermanos, quiénes eran los padrinos, causa de muerte, todo eso. Y a partir de esto y de las redes sociales fue que terminamos armando la colectividad, con las inquietudes que teníamos, encontrando familias de acá.

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