El pasado 15 de noviembre se inauguró el mural y parte de la segunda etapa de la plaza del complejo de departamentos Tarraubella, un espacio habitado por unas 25 familias. La actividad incluyó además la entrega de premios del concurso fotográfico para jóvenes de escuelas secundarias del barrio, cuyo eje temático fue el arroyo Langueyú, desarrollado junto a docentes e investigadoras de la Facultad de Ciencias Exactas y la Mesa Barrial Villa Aguirre.

Este proceso comenzó en mayo y contó con el acompañamiento del Punto de Extensión Territorial (PET) Villa Aguirre de la Secretaría de Extensión de la UNICEN, que impulsó el encuentro y la articulación entre instituciones del barrio y diversas áreas universitarias. A partir de ese trabajo conjunto se consolidó una intervención sostenida que integró arte, participación juvenil, promoción de la salud y actividades comunitarias.

La propuesta Trazos Abiertos, del Área de Cultura de la UNICEN, llevó adelante la mediación artística con niñeces y juventudes, junto al Centro Comunitario, el programa Envión, Vientos de Libertad, el Centro de Salud y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). Estas organizaciones, con fuerte presencia cotidiana en el territorio, aportaron su conocimiento de las dinámicas barriales y acompañaron el proceso creativo.

El objetivo principal fue construir un mural que represente a las y los jóvenes de Tarraubella, que habitan y resignifican cotidianamente el espacio público. Al mismo tiempo, la intervención contribuyó al embellecimiento y apropiación comunitaria de la plaza, hoy en su etapa final de construcción.

La carrera de Trabajo Social se sumó con 12 estudiantes del taller de prácticas territoriales, fortaleciendo la difusión de las actividades y organizando un stand informativo sobre prevención del dengue, articulando promoción de la salud con el proceso artístico comunitario.

La Ludoteca Ludocreativa de la Facultad de Ciencias Humanas también participó a partir del enfoque de la Pedagogía de la Expresión – Metodología Ludocreativa, proponiendo juegos y experiencias lúdicas que generaron espacios de encuentro, creatividad y cuidado para las niñeces del barrio.

Así, la jornada de inauguración es solo un fragmento de un proceso que se extendió durante cuatro meses, con encuentros todos los lunes junto a las niñeces y juventudes de Tarraubella. Allí se pusieron en juego emociones, experiencias compartidas y sentido de pertenencia, y se abrió la posibilidad de expresar en las paredes del barrio aquello que viven, imaginan y sueñan.

Un concurso para mirar el barrio desde el arroyo

La propuesta del concurso fotográfico sobre el arroyo Langueyú convocó a estudiantes de distintas escuelas secundarias de la zona. Con una gran cantidad de imágenes presentadas, el recorrido incluyó talleres formativos dictados por el IPAT, salidas grupales y una reflexión continua sobre los impactos de la contaminación en la salud y el ambiente de Tandil.

La entrega de premios estuvo cargada de emoción y se anunció la realización de una muestra itinerante que recorrerá distintos espacios de la ciudad para concientizar sobre esta problemática.

El aporte del PET: presencia, articulación y cuidado del territorio

Desde el PET Villa Aguirre se sostiene una presencia territorial continua que permite acompañar procesos comunitarios, articular instituciones y facilitar el trabajo de equipos universitarios de forma pertinente y situada. Su rol consiste en abrir condiciones para el trabajo colectivo, promover espacios compartidos y garantizar que las iniciativas barriales no queden aisladas, sino integradas a un entramado comunitario más amplio.

Para el equipo del PET, la extensión implica escuchar las nuevas complejidades del territorio, enlazar comunidad y universidad y promover procesos cuidados, duraderos y con impacto real. En un contexto social desafiante, este trabajo busca fortalecer la organización comunitaria y garantizar que nadie quede afuera.

Categorías: PET

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