Recientemente se iniciaron las obras de readecuación edilicia y mejoramiento habitacional para el edificio Tarraubella, ubicado en Villa Aguirre, que forma parte del Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap), un espacio olvidado por más de dos décadas.

Con una inversión de más de 100 millones de pesos, en las últimas semanas se dio curso a la primera de las tres etapas de un proyecto integral que surgió a instancias de la Mesa Barrial, y que ejecutará la Cooperativa de Construcción del Movimiento de Trabajadores Excluidos de Tandil (MTE).

El trabajo de la Mesa Barrial de Villa Aguirre-San Cayetano contó con la participación de varios actores, entre ellos los Puntos de Extensión Territorial (PET), que desembarcaron en el espacio en noviembre de 2021. Ya en la primera reunión surgió la problemática habitacional que desde hace décadas existe en el predio Tarraubella.

El barrio en cuestión se compone de un complejo de departamentos en el que actualmente viven 12 familias, y un predio que lo circunda donde se asientan aproximadamente otros 15 grupos familiares.

Así, el trabajo articulado permitió la inscripción del predio y el edificio en el Registro Provincial de Villas y Asentamientos enmarcado en la Ley Provincial de Acceso Justo al Hábitat, lo que habilitó que la Subsecretaría provincial de Hábitat financiara la obra.

Un camino colectivo

De esta manera, a través del trabajo mancomunado en la Mesa Barrial, desde los Puntos de Extensión Territorial se ofreció la articulación con el programa de Acceso Justo al Hábitat, que se hizo efectiva a fines de 2021, mediante el asesoramiento en el análisis del Plan de Ordenamiento Territorial (PDT).

Asimismo, en febrero de 2022 comenzaron los trabajos conjuntos entre la Mesa Barrial y el programa de Hábitat encuadrados en Tarraubella. El intercambio incluyó distintas gestiones realizadas entre autoridades municipales y provinciales, se delinearon medidas a implementar a corto y mediano plazo, entre otras acciones.

En dicho marco, los referentes del Programa Integral de Extensión propusieron la posibilidad de desarrollar un dispositivo de intervención, bajo el formato de un taller participativo con los vecinos involucrados para contribuir a la organización colectiva de los vecinos.

En paralelo a las gestiones realizadas ante los diversos organismos provinciales y municipales, en agosto del año pasado se llevaron a cabo talleres de mapeos participativos con los vecinos que habitan el predio, tanto el edificio como el asentamiento circundante. La iniciativa se ancló en visualizar por un lado, los problemas que aquejan a la comunidad allí instalada y, por otra parte, también poder conocer los deseos de sus pobladores.

A partir de esta tarea, los principales problemas identificados se relacionaron con la falta de acceso a la infraestructura urbana, servicios y vivienda adecuada. Entre ellos, problemáticas ligadas a la falta de acceso a los servicios de luz eléctrica, agua de red, gas, cloacas, alumbrado público, recolección de residuos, transporte público y puntos de recarga de tarjeta SUMO. Además, se identificaron otras cuestiones vinculadas a la infraestructura: falta de vivienda; falta de juegos de plaza, de arbolado y de veredas.

A la par, los vecinos mencionaron otras situaciones problemáticas, como la presencia de basurales, los problemas de tránsito y de movilidad urbana, la existencia de pozos abiertos y de perros sueltos.

En simultáneo, en el mismo taller se realizó un mapa destinado a recuperar los deseos, anhelos, y expectativas de las y los pobladores en relación a su vida cotidiana familiar y comunitaria.

De este modo, en el mapa de los deseos que se formuló las temáticas expuestas por los vecinos se relacionaron al esparcimiento, el deporte, la educación, la salud, el comercio y la movilidad urbana de la población.

Finalmente, a raíz del trabajo articulado, desde los PET se enfocaron en el ejercicio de recuperar “la dimensión habitada del lugar”, y del barrio Tarraubella en particular, para reflexionar además sobre la vinculación del predio, el barrio Villa Aguirre y la ciudad de Tandil en su conjunto.

Cabe destacar que, con base en los diagnósticos efectuados, las desigualdades en términos de infraestructura social comunitaria resultaron notorias, en tanto también se hizo evidente la segregación socioespacial de la población, y el aislamiento urbano generado por el corredor de la Ruta 226 y las dificultades para transitar a pie y cruzarlo con seguridad.

En este sentido, se enfatizó en la posibilidad de que las obras del proyecto integral de la Subsecretaría de Hábitat de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires incorporen las demandas jerarquizadas por pobladores y pobladoras para contribuir a la valoración del espacio habitado y su significación social y cultural,

Finalmente, desde el programa de extensión de la UNICEN valoraron positivamente el trabajo colectivo que se desarrolla con las familias del Tarraubella, y con otras instituciones y espacios comunitarios, con el objeto de avanzar en la materialización del barrio con mayor justicia socioespacial que se desea tener.

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