Secretaría de Extensión (SE): Walter, ¿dónde estabas cuando se empieza a hablar en Argentina de una guerra de Malvinas?

Walter De Vita (WDV): Yo hice el servicio militar en Punta Alta, en el Batallón de Infantería de Marina Número 1.

SE: Que edad tenías en ese momento?

WDV: 18, y salí con 20.

SE: ¿Vos vivías ahí?

WDV: Vivía en Rauch y bueno, como a todos me llegó la citación. Me acuerdo que para presentarme en La Plata para hacer la instrucción, vinimos acá al Batallón Logístico Número 1, una mañana de mucho frío. Y bueno nos llevaron a La Plata en tren y después de la instrucción ahí en La Plata en el CIFIM (Centro de Información y Formación de Infantería de Marina) nos dieron destino a Punta Alta.

Y con el tema de Malvinas yo estaba haciendo el servicio militar ahí, en Punta Alta, me había tocado Infantería de Marina como te decía en el Batallón 1. El día que, es decir, no que me haya enterado, sino que percibí algo… fue más o menos el 21 de marzo. Ese día le pedí permiso a mi jefe, que era el teniente Oulton,  si me dejaba ir a mi casa porque el 22 era el cumpleaños de mi papá y me dice, bueno, así me dijo “mirá negro, te dejo ir pero el 23 a la mañana te quiero acá”. Entonces le dije “mire que yo vivo a casi 500 km de acá, no sé si voy a llegar”, y me repitió “el 24 a las 6 de la mañana te quiero acá si o si”. Y bueno me fui de las Baterías de Punta Alta a Rauch y después el 24 a las 6 de la mañana estaba ahí. Y ahi vi que mis compañeros estaban preparando todo, les estaban entregando ropa zona sur. Todo abrigado. Y yo digo “qué raro, a dónde, a dónde?”…

SE: Adónde los mandaban?

WDV: El comentario era “un ejercicio al sur”, no me acuerdo si se hablaba de Rio Gallegos o Madryn, algunas cosas, digo sinceramente, no me acuerdo.

SE: ¿Habían escuchado algo, alguien sobre Malvinas?

WDV: Nada, nada.

SE: Y que pensaban, que había conflicto con Chile o nada nada?

WDV: Cuando nos dieron la ropa y nos cargaron al buque Irizar yo pensé que era un ejercicio a zona sur, un ejercicio de Infantería de Marina en el sur.

Lo que me extrañaba era que no tuvimos ninguna conexión con la familia como para decirles  “nos vamos a Puerto Madryn  a hacer un ejercicio o nos vamos a Río Gallegos”.

SE: Cuándo era así ¿les dejaban avisar?

WDV: Yo estaba relativamente cerca de donde estaba haciendo el servicio militar. A Rauch había 500 km más o menos, entonces,  cada 15 días iba a casa o sino iban mi mamá y mi papá a verme. Entonces teníamos un contacto medianamente o me llamaban por teléfono. Pero bueno,  ahí nos cargaron en el Irizar y allá rumbeamos.

Nos dijeron “vamos a hacer un ejercicio al sur un par de días y volvemos”, y al final fueron 74 días

SE: Que pasó cuando te subieron al Irizar?

WDV: Nos subieron al Irizar y salimos para Malvinas sin saber. Cuando faltaba poco para llegar el teniente Oulton nos dijo que si salíamos airosos de esa maniobra íbamos a ser héroes nacionales porque íbamos a recuperar las Malvinas.

SE: Y ustedes que entendían?

WDV: Nosotros nada, yo nada. Imaginate el miedo.

SE: Sabían que pasaba en Malvinas?

WDV: Yo personalmente nada. Y ahí empezó,  Oulton mi jefe,  a delinear: nos empezó a decir que el helicóptero que estaba en el Irizar iba a transportar la tropa a Puerto Argentino, porque la consigna era que la Infantería de Marina tomara, hiciera posesión y que después se replegara cuando ocupara el Ejército.

SE: Iban con la idea de hacer posesión nada más?

WDV: Íbamos a hacer posesión

SE: No combate

WDV: Para nada, todavía no, entonces empezó a decir. “bueno, primera sección al helicóptero”. Y yo era furriel y asistente de él, y cuando le pregunto “jefe, ¿yo dónde voy?”, “vos no vas”-me dice, “demasiado que voy a arriesgar mi vida, vos te quedás acá que hay mucho para hacer”. Y bueno, me quedé en el Irizar, no me acuerdo bien, si 14 o 15 días porque empezaron a bajar munición, en la bodega del Irizar iba mucho material, digo, munición pero también mucha ración de comida, carpas camufladas, red de camuflaje, alguna ambulancia…Hasta que bajaron eso, deben haber pasado mínimo 12 días.

SE: Vos estabas ahí?

WDV: Ahí ahí, yo no me acuerdo bien con que chicos estuve yo ahí, yo vi a otros soldados que estaban ahí conmigo.

SE: Y contacto con la gente que había ido a tierra en ese momento nada?

WDV: No, nada nada.

SE: No habían vuelto al barco como para que te contaran que estaban viviendo.

WDV: No, no los vi más desde ese 2 de abril. Yo por ejemplo a un amigo mío, vecino mío de Rauch Miguel Tufanisco, lo vi el 24 de marzo, lo vi cuando subimos al Irizar después lo vi la noche, la mañana del primero y después no lo vi hasta que a mí no me llevaron devuelta a Punta Alta que fue allá por el 17-18 de abril una cosa así.

Como yo no volví con mis compañeros, algunos hasta habían creído que me había pasado lo peor

SE: 14 días en el Irizar, y que pasa en el día 15?

WDV: Y me llevan en helicóptero a Rio Gallegos…sabes que no me acuerdo si era Rio Gallegos o Madryn, yo creo que era Rio Gallegos por la cercanía. Creo que Rio Gallegos y de ahí en  un avión de Aerolíneas a Bahía y de ahí de Bahía otra vez a las Baterías y otra vez nos dieron ropa nueva, ropa limpia y a los 3 o 4 días de nuevo en un avión de Aerolíneas a Rio Grande, a la estancia Menéndez Behety, no me acuerdo si Menéndez Behety o Menéndez.

SE: Y que les decían? a que iban ahí?

WDV: Soporte, soporte porque ya la fracción de Infantería de Marina se había vuelto, ya estaba el Ejército, ya el Ejército había tomado posición y bueno después lo que pasó viste, nosotros información cero, yo por lo menos. No sé si alguno de mis compañeros habría tenido alguna otra información.

SE: No sabían nada, no entendían que pasaba.

WDV: Nada nada, estábamos en un corral de oveja, ahí en la estancia Menéndez Behety, yo no me acuerdo si era Menéndez Behetyo María Behety la estancia, en el libro anterior está. Y si, dormías en unas casitas, por ejemplo yo dormía con 5 muchachos, que tenían una función similar a la mía, o eran furrieles, o choferes o eran asistentes de teniente.

SE: Que hacen los furrieles?

WDV: Nosotros hacíamos toda la parte, como te puedo decir, de oficina en Punta Alta.

SE: Claro, mover todo eso requiere un montón de registro y papeleo.

WDV: Todo, yo tenía que tener. Cuando yo estaba en Punta Alta tenía un registro de los que almorzaban, los que cenaban, de cómo íbamos a estar vestidos, de que cantidad de soldados estaban internados en el hospital de la Base Naval, cuál era la situación. Cuántos estaban internados, cuantos comían con dieta, bueno, eso lo tenía que llevar todos los días .

Y bueno después acompañar a Oulton, que era mi Jefe, que (todavía tengo una relación muy muy estrecha con él, espectacular), acompañarlo en lo que sea, el agarraba una camioneta y salía a hacer ejercicios o iba al polígono de tiro, allá iba De Vita atrás de él.

SE: ¿Y ahí tenías algo más de información que en Rio Grande?

WDV: No.

SE: ¿Nada de la guerra, nada?

WDV: No no, nada de nada.

SE: Ni que pasaba, ni que hacían los ingleses y ni que pasaban con las tropas del Ejército, de la FFAA?

WDV: Yo tengo una historia particular con mi familia porque yo cuando viste que te cuento que fui a visitar a mi familia

SE: A visitar a tu papá

WDV: A visitar a mi papá porque cumplía años, le llevo a mi mamá de regalo un plato de cerámica con todo el personal de cuadros del BIM1: el primero era Luis Carbajal, el segundo Pedro Edgardo Giachino. Imagináte el 2 de abril cuando mi papá abre el diario, y se enteran que lo matan a Giachino, imagináte mi familia… Yo por ejemplo a mi mamá y a mi papá los vi ese 24 de marzo y no los volví a ver hasta el 8 de agosto.

Una sola vez hable por teléfono que fue cuando volví de Rio Gallegos a Punta Alta. Después que pasó la toma, bueno ahí un ratito por teléfono: “hola papá, estoy bien”. Y la desesperación de mi familia del otro lado, bueno no tengo mucho para contar (se emociona).

SE: ¿Te dejaban hablar?

WDV: Si, 5 segundos tenías para hablar, una vez que te comunicabas le teníamos que decir esto “hola mamá, hola papá, estoy bien”.

SE: ¿Te decían lo que tenías que decir?

WDV: Es que no podías decir nada mas.

SE: Claro, aparte ustedes tenían 18 años, con miedo.

WDV: Pero yo a veces me encuentro con chicos que me dicen que nunca tuvieron miedo…..que se hacían los guerreros….los luchadores. Pero te lo dicen ahora después de 37 años que nunca tuvieron miedo, que se hacen  los valientes, pero ahora. El que dice que no tuvo miedo, al menos los soldado….miente. Yo tenía un miedo terrible, sinceramente, yo decía, acá va a pasar un avión inglés por el Irizar, cuando todavía no era buque hospital, y no vamos a quedar ni uno.

Y después,  los jefes me decían,  que yo había corrido más riesgo que muchos que pisaron suelo Malvinense. He pasado por situaciones muy particulares porque algunos de mis compañeros (que no estuvieron en Malvinas) no me reconocen como Veterano. Dicen que al haber estado en el Irizar, no soy Veterano por no haber pisado el suelo de Malvinas, es una situación que todavía me duele, más teniendo en cuenta que éramos amigos.

“Una espera de 35 años. La visita al edificio de la armada significo algo mas que un paseo. Recibí de manos del capitán Zannini la medalla de Veterano de guerra”

Menos mal que Oulton les explicaba “el corrió más riesgo que nosotros, aunque no lo quieran creer, él arriba del buque corrió mucho más riesgo que nosotros”, bueno, son esas cosas que bien o mal pasan.

SE: Sabían que había una situación de guerra, que había ingleses con armamento dando vuelta.

WDV: Sí, eso fue cuando empezaron a bajar mis compañeros la madrugada del 2 de abril, cuando empezaron a bajar y a tomar posición, es lo que nos dijo Oulton, si de acá salimos ilesos vamos a ser héroes nacionales.

SE: Porque él sabía que estaban en combate.

WDV: Y él después me dijo “ la vida tuya corrió riesgo también aunque no lo quieras creer, porque estar arriba del buque, me dice, era un blanco perfecto”. Dice “De Vita, era un blanco perfecto para los ingleses”, pero bueno, nosotros ahí ni enterados de nada. En Rio Grande si, veíamos pasar los Mirage todos los días.

Ese ruido me queda grabado, más allá de lo que es el Mirage, ese ruido a cada rato, todos los días. Te queda grabado, te queda grabado, porque pasan bajo. Entonces te queda grabado. Siempre les cuento a mis hijos, me preguntan a veces, ¿qué es lo que más te acordás?: el ruido del Mirage, de día y de noche, el ruido del Mirage.

Siempre, incluso si no pasaba un Mirage me parecía que pasaba. Vos sabes que cuando volví del servicio militar pasaba un avión y me parecía que era un Mirage.

SE: Te había quedado anclado el sonido.

WDV: Me parecía que era un Mirage, y después al poco tiempo fuimos a la casa de mis abuelos en Buenos Aires, y en el Aeroparque, veía levantar el avión cerca, carretear y para mí era un Mirage. Me había obsesionado un poco.

SE: ¿Y en Rio Grande cuánto tiempo estuviste?

WDV: En Rio Grande estuve, más o menos, desde que nos volvieron a llevar -que no me acuerdo fecha- hasta que culminó la guerra. Estuve en Rio Grande hasta que terminó todo, hasta el 14 de julio, ahí estuvimos. Pero era como que te pasaban las cosas, por ahí no las disfrute, porque no pensaba en nada.

SE: No había conciencia, quizás por edad.

WDV: No pensaba en nada, algunas cosas por ejemplo me las acuerdo porque me refrescan la memoria mis compañeros “ahh ¿te acordás?”, si, y a ellos le pasa lo mismo a algunos, a ellos también le pasa lo mismo.

SE: Tenían miedo de ser bombardeados en Rio Grande?

WDV: Si

SE: Supongo que con esos ruidos de avión y demás…

WDV: Sí, yo tenía terror, yo digo “nos van a partir al medio”.

SE: ¿Tenían miedo que les tiraran una bomba de algún avión o que se acercaran por agua a tierra?

WDV: No, yo tenía miedo a un despliegue por tierra, una cosa de esas, como una toma. Yo digo estos van a llegar acá. Tengo un compañero que ya falleció, Marcelo Buggiani, que estuvo en Rio Grande, no estuvo en Malvinas, me agarraba, me abrazaba, era un grandote, un oso. Me decía “bueno negro, hasta acá llegamos”, me decía “no sé si volvemos a nuestro Raucho” – Raucho decía él- “no sé si volvemos a nuestro Raucho querido, pero hasta acá llegamos y juntos”.

A  veces no dormía, viste, era un poco de temor y otro poco de incertidumbre y no saber, todo oscuro de no saber dónde están. Todo oscuro. Amanecía tardísimo y el sol se escondía recontra temprano.

SE: Muchas horas quieto en la oscuridad

WDV: Si, muy solidaria la gente que pasaba por la ruta 3 sobre Rio Grande, porque hacíamos guardias abajo del Rio Grande, entonces la gente muy solidaria, te dejaba cigarrillos, chocolate, alguna botellita espirituosa Jajajaja por ahí también. Muy solidaria la gente. Que yo ahora que pasó el tiempo digo que esa gente pasaba para vernos a nosotros, no iban a dar una vuelta o que pasaban de Ushuaia a Río Grande.

SE: Los iban a buscar a ver si estaban?

WDV: Esa gente iba a vernos a nosotros, iban a solidarizarse con nosotros, iban a ver si precisábamos algo.

SE: Lo hacían con buena intensión, sin ninguna casualidad.

WDV: Si si si, para mi si, si hoy para mi si.

SE: ¿Cuándo volvés?

WDV: Después de Rio Grande creo que a los 6 días, 7 días, una semana, no me acuerdo bien y ahí ya volvimos a Punta Alta. Creo que directamente en avión de Aerolíneas de Rio Grande, sin asientos, a Bahía y de Bahía en los camiones a Punta Alta y bueno, creo que ahí estuvimos poco tiempo, porque ya nos desarmaron, entregamos la bolsa.

SE: ¿Y ahí les dijeron lo que había pasado, la rendición?

WDV: Yo me entero particularmente por Oulton de la rendición, que ya había terminado, en Rio Grande. El teniente Oulton me dijo “bueno mira Negro, ahora empieza otra vida para vos, son héroes nacionales yo te lo dije”,  y después yo le perdí el contacto. Desde ese día que me vine de baja y por 30 años perdí el contacto con él.

SE: ¿Cómo fue llegar a tu casa?

WDV: Y medio duro, porque no avisé, fue medio duro para mi mamá y mi papá que no sabían nada.

SE: Y te apareciste de pronto.

WDV: Y me les aparecí, como tenía que aparecer.

SE: Después de 3 meses sin verte

WDV: Y si, una sola vez les había hablado por teléfono apenas para decirles que estaba bien. Y bueno, toqué timbre -porque vivíamos en un departamento- y cuando me vieron no sabían qué hacer.

Se quedó quieta mi mamà. Lo primero que atinó fue agarrar el teléfono y llamarlo a mi papá para que viniera pronto a casa, y mi papá tenía una estación de servicio y él no sabía manejar y entonces dice “¿qué pronto si ando en bicicleta?”. Y mi tío que estaba con mi papá trabajando lo llevó. Mi mamá me sentó en el sillón y me miraba, se me sentó cara a cara y me miraba, no hacía nada. Y mi papá que fue el que más sufrió creo yo, bueno me tuvo un rato abrazado, pero largo el rato. Porque más allá que mi mamá era mi mamá, el que más sufrió fue mi papá,  porque tenía como culpa, porque siempre me decía “a vos te gusta jugar al futbol, sos un vago, ya te va a tocar Infantería de Marina, ya vas a ver. Te tiene que tocar la peor fuerza, donde te enseñen valores”.

«Con mi papá»

«Mi papá»

Y el día que me dieron el número del sorteo me dice, -“te maldije: 940 tenés”-me dice, “¿y eso que es?“ le respondí, -“Infantería de Marina carajo me dice”. Asique bueno, estaba con un poco de culpa pero bueno. Después sufrimos lo que sufrimos todos, yo sufrí lo que sufrieron todos, desarraigo, reconocimiento cero siempre.

SE: ¿No quisiste seguir la carrera militar?

WDV: No no, mis hijos me dicen, te tendrías que haber quedado en la Marina papà.

SE: A hacer carrera

WDV: Como yo soy un poco recto, me gusta medio las cosas como tienen que ser, terminaste primaria, hace secundario, terminaste el secundario, si podemos vas a hacer un terciario, cosas así. Hoy mis hijos todos trabajan y no estudió ninguno entonces me dicen vos tendrías que haber sido militar. Yo les digo que “si yo hubiera sido militar ustedes también hubiesen sido, porque no los hubiese dejado hacer otra cosa”.

Vos sabes que me dicen “granadita” mis hijos .Si granadita me dicen, asique bueno..(risas)

SE: Me estabas contando cuando llegó tu papá…

WDV: Y fue un momento muy emocionante, porque yo digo “se me muere acá el viejo”, pero no, resistió. Mi papá organizó una movida con mis tíos de ahí de Rauch y hasta mis abuelos, mis abuelos maternos que vivían en Buenos Aires, los hizo venir, porque él quería hacer un asado, un agasajo (se emociona).

SE: Cuando volviste, él te hizo los honores.

WDV: Si, si si, el hizo un asado, en la estación de servicio que tenía, en la parrilla me hizo un asado, que también fueron mis dos compañeros que habían ido conmigo al servicio militar, que éramos vecinos.

SE: Él se ocupó del homenaje.

WDV: Sí, siempre estaba, nosotros teníamos un autito y el no manejaba, él estaba deseando de que volviera del servicio militar para que lo llevara a pasear. Después no tuve la suerte de volverlo a llevar a Punta Alta, yo quería llevarlo porque él fue a verme un par de veces. Me fue a visitar, fue en colectivo, porque claro, nosotros somos dos hermanos nada más y a él le quedó  esa culpa de decirme que me iba a tocar la colimba donde finalmente me toco.

Aparte el hermano de él, que es mi padrino, hizo dos años de marina, y era cuando marina hacían dos años. Lo hizo en Azul, en Azopardo, dice: “ si, lo mejor que le puede pasar es que le toque Marina a este (por mi), ya vas a ver, se le termina la bicicleta, el fútbol”. Y él después decía: “me escucharon, me escucharon, a mí me escuchó alguien”. Mi viejo era muy bueno pero se renegaba por todo “no puede ser que me haya pasado esto”, “bueno ya está papá, ahora vamos a vivir”.

Le digo bueno papá, ahora ya pasó todo, ahora vamos a disfrutar y bueno lo disfruté poco porque se murió al poco tiempo. Se murió con 56 años de un infarto. Fumaba mucho. Mi mamá vive todavía por suerte

SE: ¿Cómo fue después la vida social como veterano?

WDV: Y en Rauch durísima, porque el reconocimiento cero, en Rauch muy dura. Siempre esa frase de los loquitos de la guerra. Cuando decidimos formar el centro en Rauch, el intendente no quería.


No quería saber nada porque decía que nos íbamos a juntar siempre a comer asado y que no íbamos a hacer nada. Bueno al final hubo otro amigo que tiro la idea de ir haciendo socios y con esa plata fuimos comprando elementos ortopédicos que al final los fuimos prestando. Elementos ortopédicos para prestarle a la gente, una muleta, una silla de ruedas, una cama.

Vos sabes que el intendente no quería porque decía que, no iba a servir. Ahora cuando logramos poder tener elementos ortopédicos, a él le sirvió porque la municipalidad, es decir, acción social se libró  de tener que comprarle a la gente discapacitada una muleta, una silla de rueda porque estábamos nosotros.  Y después ya te digo, yo creo que en todos estos años 37,  debo haber dado 5, 6 charlas, muy pocas. Y las mejores charlas se las di a los chicos más chicos, porque di una vez en Rauch una charla en una escuela secundaria, en el Colegio Nacional, fue una cosa que la verdad me decepcionó tanto… fue una cosa decepcionante porque los chicos atención cero.

SE: ¿Con adolescentes?

WDV: Si si, una secundaria, nada. Después iba a los jardines, iba a las escuelas primarias. Y bueno después el año pasado me sorprendió mucho cuando di una charla en la escuela que estoy trabajando, en la 34, porque nunca me había pasado de dar una charla con tanto silencio, con tanto respeto

SE: Lo vamos logrando

WDV: Y de apoco. Sí, yo les decía a las maestras, si ustedes se lo ponen en el corazón lo vamos a lograr con los chicos. Di charlas en Rauch donde hasta las maestras mostraron un desinterés de grado cero. Antes me ponía mal, me molestaba mucho, y ahora me da lo mismo. Mientras que tenga el reconocimiento de mis compañeros, de algunas autoridades, de ustedes, de mi familia…Como te dije, me dicen “granadita” mis cuatro hijos. Y mi hija, que tiene una nena chiquita, me llama y me dice “¿y granada? como te estas preparando para el 2 de abril”, no me dice papá, ni el nombre, granada me dice.

El verdadero reconocimiento lo tuve acá en Tandil desde que me vine a vivir hace cuatro años con mis ex compañeros, con el Centro de Veteranos, con la gente, con las escuelas, con el Municipio, nunca antes tan reconocido.

SE: ¿Con tus compañeros del Irizar te volviste a encontrar?

WDV: No, vos sabes que con ninguno del Irizar. Mirá que estoy buscando, llamo al edificio Libertad, trato de localizar. El otro día me encontré con una persona civil que estaba en la parte máquinas del Irizar y que él también se quería contactar con otros maquinistas y no lo puede hacer. Yo llamé al edificio Libertad y no tienen un listado de la tripulación que fue a Malvinas. Yo digo…pero alguien lo tiene que tener. Hablé con Oulton y me dice “yo voy a ver si puedo encontrar a algún camarada”, “tiene que haber un listado”- le digo, para ver si me puedo contactar con algún ex soldado.

SE: Claro, si fueron un montón

WDV: El día que inauguraron el Museo Malvinas Tandil, de Santiago Calvo en Gardey, un médico que estuvo en el Irizar le regaló un mural, no sé si te acordás, con el Irizar vestido de buque hospital y ahí estuve hablando con él. Él me dijo que también le costaba mucho tratar de localizar alguien que hubiese estado trabajando en el Irizar con el.

La verdad, después pasó mucho tiempo hasta contactarme con los chicos. Por ejemplo, acá con Oscar (Mastropierro) y con los chicos de acá de Tandil estábamos a 70 km y nos empezamos a contactar no sé, hará 8 años atrás, si, si, 7-8 años. Fue medio que no podíamos o no queríamos. Yo con el único veterano que me veía era con mi vecino, con el chico que vivía al lado de casa que hizo el servicio militar conmigo, hizo la primaria conmigo, la secundaria conmigo, jugábamos al futbol juntos, nos fuimos al servicio militar juntos.

SE: Los dos el mismo destino.

WDV: Si, y después cuando, Armendáriz -que era el gobernador de Buenos Aires de la presidencia de Alfonsin- nos dio la vivienda que tenemos en Rauch, me tocó él al lado .

SE: Destinados a estar juntos

WDV: Y el cada vez que hay una charla viene, yo lo llamo y viene, el agarra el micro y se viene. Nos queda eso, nos queda la familia, los hijos. Mi señora que hace 3 años que nos casamos y recién se está empapando un poco en el tema, lo ve cuando van los chicos a casa. Almada, Murúa, Oscar Mastropierro, Víctor Bravo, Josè de la Torre y bueno cuando hay algún acto, ella siempre me acompaña. Fuimos a Mendoza, el año pasado fuimos a Puerto Belgrano, estuvimos en las Baterías, estuve  en el Batallón de Infantería Marina Número Uno, asique pude volver.

Y mis hijos de los cuatro, malvineras las mujeres. Los varones sí, me llaman, feliz día papá, pero las que me acompañan, por ejemplo al museo de Santiago y eso es Maricel  y el año pasado a la vigilia y al desfile Manuela. Maricel ahora dice que mucho no me va a acompañar porque tiene una nena de 8 meses entonces le digo, la llevo, la llevamos, bueno, si hace calor sí me dice.

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