En el marco de la Octava Feria del Libro, se presentará el domingo  7 de agosto a las 19,30 el interesante trabajo denominado “El verdadero Martín Fierro”, de Abel Gari.

 

Sin duda que cualquier escritor e investigador, si lo desea, puede escribir sobre la inmensa obra hernandiana. Pero posiblemente pocos como los ayacuchenses, por varios motivos. Porque Hernández nombra a Ayacucho y es el único pago al que hace mención. Y no es casual, ya que el escritor y poeta era muy amigo de José Zoilo Miguens, fundador de Ayacucho. Y porque ya se da por descontado que el gaucho Fierro anduvo por estos pagos, verdaderamente.

El libro de Gari, que también es guitarrista y cantor, lleva el prólogo nada menos que del historiador Osvaldo Bayer, quien expresa lo siguiente:

Abel Gari nos mete de lleno en un misterio, el cual nunca habíamos logrado resolver: ¿existió o no el legendario Martín Fierro? Y si existió, ¿de qué pago era?

Con el autor, en esta investigación, nos ponemos a resolver papeles que él nos va presentando uno tras otro, con la legitimidad de un historiador científico. Y nos acerca y llegamos casi a la verdad. Decimos casi, por puro desconfiados, como que también somos investigadores históricos. Aunque después de la lectura de estas páginas ya no nos quedan grandes dudas. Sí, creo que sí, que era de los pagos de Monsalvo. Por lo menos no creemos que podrá venir algún otro investigador que nos diga, “no, no es cierto: ni Melitón es Martín ni Martín es Melitón”.

Pero si llegara a ocurrir esto le gritaríamos, entusiastas, sí, sí, lo es, aquí está, no puede ser de otra manera. Nadie ya podrá demostrar otra cosa. Salvo que venga otro Abel Gari y nos haga revolver nuevos documentos.

El “Martín Fierro”, nuestro amado libro. Que en mi adolescencia recitábamos hojas enteras. Era un placer. Recuerdo en las fiestas de barrio, actores vestidos de gaucho que nos recitaban el “Martín Fierro” y nos deleitaban con su sabiduría criolla, con nostalgia de esas pampas interminables, a nosotros que tuvimos la suerte de ver cuando esas pampas sólo eran interrumpidas por los ombúes y sus ranchos dignos, de adobe y paja, y sus mujeres cebando mate mientras el gaucho descansaba de tanto trote y tanto arreo.

Sí, la investigación de Abel Gari nos hace recordar aquellos tiempos, en los veranos, cuando nuestra actividad favorita era cabalgar con esos nobles caballos silenciosos que nos conducían siempre como brújulas camperas en esas llanuras de horizontes siempre huidizos pero de un azul cristalino pleno de sol y alguna nube moviéndose como en el mar… Sí, y allí, mientras cabalgábamos íbamos recitando el Martín Fierro, y esa sabiduría profunda, como aquellas estrofas dolidas, irónicas, pero con un definitivo sabor a verdad.

Gracias, Abel Gari, por revivirnos el Martín Fierro.

MIGUENS AL JUEZ DE PAZ DEL TANDIL

 

Con fecha 11 de agosto de 1866, José Zoilo Miguens, desde Arenales (Ayacucho) dirige una carta al Juez de Paz y comandante del Tandil, en la que le expresa:

El infrascripto remite a Ud. al preso Melitón Fierro y un pliego cerrado del señor juez de paz de Monsalvo, para que se sirva Ud. hacer para bajo segura custodia de juzgado en juzgado hasta el Azul, para que le sea entregado al jefe del Batallón 11 de línea sargento mayor don Álvaro Barros”.


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