Las Olimpiadas Matemáticas ya son reconocidas como una institución entre los estudiantes en edad escolar y la cantidad de chicos que se presenta en la primera instancia de la competencia es evidencia del interés que causan. En la primera instancia de la región que incluye a Tandil participaron más de 400 de entre 10 y 18 años.

La Olimpiada Matemática Argentina es una competencia de desenvolvimiento matemático, destinada a desarrollar la capacidad de razonar de alumnos de educación primaria y secundaria de Argentina. Cada participante se desenvuelve de manera individual a lo largo de las diferentes instancias a medida que supera las evaluaciones: escolar/colegial, interescolar/intercolegial, regional, zonal y nacional.

Hace cuatro años un equipo del Departamento de Matemática de la Facultad de Ciencias Exactas le tomó la mano a la organización. Este grupo no sólo pretende contribuir a la organización local de las distintas competencias coordinadas por Olimpiada Matemática Argentina, sino que también trabaja en el presente para hacer un aporte mayor sobre los participantes, con la mirada puesta en su futuro.

El departamento de Matemática de la Facultad siempre estuvo vinculado al certamen a través de su colaboración colaboró con lo que estaba a su alcance, hasta que en 2015 la institución local que estaba a cargo de la Secretaría Regional de Olimpiadas decidió cesar sus actividades en el puesto. Fue así como floreció la inquietud de tomar la posta e incorporar la competencia entre sus actividades programadas. «Pensamos que, habiendo una Facultad que tiene el Profesorado y la Licenciatura en Matemática entre sus carreras, no podíamos dejar pasar la oportunidad», explicó Mauro Natale, director del proyecto de extensión que coloca a las Olimpiadas de Matemática en el centro de atención.

A partir de ese momento, no sólo emprendieron el desafío de involucrarse en lo que concierne específicamente a la disciplina matemática, sino que a sus tareas se incorporó la gestión administrativa y todo lo que ello conlleva: difusión, inscripciones, toma de exámenes, formación de jurados para la evaluación de las pruebas y notificación de los resultados. Además del papeleo que implica cada proceso.

El segundo año comenzó con nuevas iniciativas y ya no sólo se ocuparon de las labores habituales, sino que también comenzaron a diseñar y a ofrecer espacios de preparación y resolución de problemas para los chicos participantes. «A pesar de que son problemas que cualquiera podría resolver, son problemas que no siempre se tratan en la escuela. Por eso se creó este espacio, para que los chicos puedan concurrir y recibir asistencia», aclaró Mauro.

Las Olimpíadas como uno de los puentes que unen la Universidad y la comunidad

Desde un principio estos talleres se realizaron con la simple pretensión de colaborar con la preparación de los competidores, pero en 2018 fueron presentados como parte de un proyecto de extensión, el área que se ocupa de enfatizar la relación de la Universidad con la comunidad en la que está inmersa. Su aprobación le permitió a los colaboradores, que conforman un grupo de veinte personas, contar con mayores recursos y apoyo institucional al momento de llevar a cabo nuevas iniciativas.

A partir de ello fue posible la concreción de cuatro cursos de capacitación y resolución de problemas para chicos, en cuatro áreas distintas: teoría de números, álgebra, geometría y juegos y estrategias ganadoras. Con inicio a mediados de 2018, su propósito es ayudar a aquellos alumnos de entre 12 y 18 años que superaron las primeras instancias de clasificación, para que lleguen a las siguientes con más práctica. A los encuentros también se invita a docentes, para multiplicar estos espacios de ejercicio dentro de sus aulas, así como a alumnos de Licenciatura y el Profesorado de Matemática de la Facultad.

«La matemática es como hacer ejercicio físico. Si nunca hiciste ejercicio y querés correr una maratón, no lo vas a poder hacer”, explica Mauro. Y continúa: “Pero si tenés algún plan de entrenamiento semanal vas a poder correr la maratón que te propongas.»

Este año, por limitaciones relacionadas con los recursos humanos se escogió preparar a chicos más grandes. Aunque se espera que más adelante se logre capacitar a todos en simultáneo o se abran espacios para los más chicos, así como también para los que quieran entrenarse para los selectivos de competencias internacionales.

El impacto de las olimpiadas sobre los estudios superiores

En 2017 nació dentro del grupo colaboradores la inquietud por conocer de qué manera impacta la participación de algunos chicos en las Olimpiadas sobre la elección de su carrera, para evaluar si efectivamente motivaba el descubrimiento de vocaciones, además de proponer un momento de diversión. En este sentido, se realizó una encuesta a los alumnos que ingresaron a la Facultad de Ciencias Exactas en 2018, cuyos resultados arrojaron que el 40% de los encuestados había participado en el certamen. Mientras que del 60% restante, la mitad no sabía que existían olimpiadas en matemática o nadie los invitó a participar. No se trata de cifras exclusivamente de Tandil, debido a que los estudiantes provienen de ciudades cercanas y pertenecen a otras regiones de olimpíada. Sin embargo, el panorama presentado no deja de ser relevante.

Gracias a este sondeo, se detectó que entre todos los estudiantes oriundos de Tandil, tres de ellos participaron anteriormente de los talleres paralelos, así como también de Olimpiadas y llegaron a la última instancia del certamen. Dos de ellos decidieron abocarse a la Ingeniería de Sistemas, mientras otro a la Licenciatura en Matemática. Natale destaca: «Hoy más que nunca se está viendo que las disciplinas se están entrecruzando», por lo que se espera que el interés por las matemáticas y la resolución de problemas se mantenga intacto, sin importar la carrera que se escoja seguir.

A raíz de estos primeros resultados, donde se expone la influencia que tiene el certamen sobre la decisión de los participantes luego de egresar de la escuela secundaria, motiva a los colaboradores a continuar su labor y seguir plantando la semilla en los chicos que aún se encuentran en edad escolar. Sin bajar la apuesta, esperan que los resultados continúen en aumento y, en unos años, planean indagar sobre el posible impacto de la competencia en el rendimiento académico de sus antiguos participantes. «Eso va a ser objeto de análisis dentro de un par de años».

Asimismo, la posibilidad de que los alumnos de escuelas secundarias se acerquen al campus a rendir los exámenes de las competencias, no sólo les permite poner a prueba sus habilidades. «Los chicos que vienen a rendir salen maravillados con lo que es el Campus y la Facultad en sí, son instalaciones que no se encuentran en muchos lugares”. Luego de esta experiencia, algunos comienzan a considerar a la Universidad Nacional del Centro entre las opciones a considerar para llevar adelante sus estudios superiores. Y sin duda es una repercusión importante. «Esa es otra parte que nos gusta. Parece que logramos crear un puente entre las escuelas y la Universidad», cerró Mauro, convencido de que, a medida que pasen las instancias y los años, las Olimpiadas darán su fruto entre los chicos que disfrutan las matemáticas y aquellos que las descubrieron de a poco, para que den el próximo paso dentro de la formación universitaria.


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