Improvisar: uno improvisa cada segundo, cada minuto, momento, instante. Es constante. Segundo tras segundo no sabemos lo que va a pasar, ni hasta qué vamos a decir. Las situaciones se van dando y a medida que esas situaciones se van presentando vamos dialogando sobre las mismas. Esos son puntos en donde también aparecen las decisiones. Palabras, razonamientos instantáneos o sentimientos que fluyen, acotaciones que nos van llevando por distintos caminos. Tomar ahora una decisión nos lleva por un camino, tomarla mañana nos llevará por otro.

¿Por qué dejamos que nos gane el día a  día si en realidad lo que buscamos todos es la felicidad, y la felicidad la alcanzamos cuando logramos lo que nos llena, cuando hacemos lo que nos gusta? No es fácil encontrar ese equilibrio de hacer lo que nos gusta y vivir el día a día. O a veces optar por uno de los dos caminos. Aquí vuelve el tema de las decisiones. O la decisión de vivir pleno o la de vivir vacío. Sí, vacío porque por más que sigamos el camino SIN INVOLUCRARNOS CON NOSOTROS MISMOS, el tiempo pasa pero el hueco de no haber hecho lo que nos gusta  o gustaba queda y permanece, por eso siempre mi lema es INTENTAR, no hay que quedarse lamentando o pensando que hubiera pasado.

Ir al contenido