Ansol dialogó con el nuevo director general de la Alianza Cooperativa Internacional, Bruno Roelants, sobre la actualidad del movimiento cooperativo y de la economía social, y las perspectivas del sector de cara a los desafíos globales.
15 de febrero de 2018
(Ansol).- A principios de enero, el consejo de administración de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) nombró a Bruno Roelants como su nuevo Director General, tras desempeñar el cargo de secretario general de la Organización Internacional de las Cooperativas de Producción Industrial, Artesanal y de Servicios (Cicopa), desde el 2002, y que bajo su mandato, logró incrementar la presencia de la entidad de 18 a 32 países.
En este sentido, desde Ansol logramos realizar una entrevista con Roelants, en el que se discutieron temas relevantes al sector de la economía social y el cooperativismo, en base a los fenómenos económicos, políticos y sociales que atraviesa el mundo, desde el desigual acceso a la riqueza, la financiarización de las economías y el intento de desregular el mercado de capitales y bienes en los últimos años.
-Mil millones de asociados en el mundo, 1 de cada 10 personas trabaja en una cooperativa o en el marco de una cooperativa. ¿Cuáles son las perspectivas del cooperativismo en el actual contexto internacional?
Cicopa publicó en septiembre el año pasado el segundo informe mundial, “Cooperativas y empleo”, en el que, además de demostrar el peso numérico del trabajo cooperativo que mencionas sobre la base de datos de 156 países, examinamos las contribuciones específicas de las cooperativas para abordar cuestiones relacionadas con el trabajo y el empleo en el marco de la economía informal, así como todo el abanico de varias formas. Este informe presta especial atención a la posible contribución de las cooperativas al desarrollo tecnológico y a los cambios sociales que lo acompañan. En un mundo del trabajo que cambia rápidamente, las cooperativas deben responder a nuevas oportunidades y desafíos. Los conceptos de platform cooperativism y comunes podrían anunciar formas innovadoras de trabajar en y con las cooperativas en el siglo XXI. Sin embargo, si bien se reconoce plenamente la contribución de estos nuevos conceptos, este informe propone su combinación con las herramientas y los métodos del movimiento cooperativo, lo que fortalecería y demostraría concretamente su posible contribución a la solución de los problemas vinculados al empleo y al trabajo en el mundo del trabajo en mutación.
-El capital financiero ha superado en valor al capital productivo, ¿pueden las cooperativas escapar de la especulación financiera?
Las cooperativas escapan a la especulación financiera porque son motores de la economía real. Las cooperativas permiten a la gente tomar el control de su futuro económico de forma sostenible y con el fin de responder a sus necesidades y, dado que no son propiedad de accionistas, los beneficios económicos y sociales de su actividad permanecen en las comunidades en las que están establecidas, y no en manos de unos pocos accionistas. Si bien los miembros participan en el capital social de la cooperativa, no son accionistas ya que su participación no está remunerada en base a las ganancias de la empresa. Eso genera una lógica financiera totalmente diferente de la de sociedades por acción. Además, en los países en donde las cooperativas tienen, por ley, la posibilidad de venderse para convertirse en otros tipos de empresa, es necesario que los miembros convoquen una asamblea general para autorizar la conversión y la venta. Es muy raro que eso suceda, ya que, precisamente los miembros, valoran el rol de la cooperativa en tanto que responden a sus necesidades.
-¿Cuán desarrollado está el cooperativismo de crédito para hacer frente a las necesidades de la población?
El desarrollo de las cooperativas de crédito es todavía bastante desigual a lo largo del mundo, debido a distintas circunstancias históricas. En algunos países, como Francia y Holanda, o algunas regiones, como Quebec en Canadá, el cooperativismo de crédito se ha tornado el primer actor bancario, lo cual demuestra su capacidad de atracción ante la población visto que los titulares de cuentas bancarias tienen toda la libertad de cambiar de banco. La tendencia general es hacia el crecimiento del cooperativismo de crédito, que conoció un verdadero salto en adelante después de la crisis financiera del 2007-2008. El cooperativismo de crédito que funciona mejor es el que está compuesto por pequeñas cajas locales o regionales, cercanas a sus miembros-clientes, en donde los mismos pueden participar de asambleas generales y sentirse empoderados y protagonistas. Estas a su vez están integradas en un grupo cooperativo bancario con una caja central.
Además, el cooperativismo de crédito puede ser generalista o especializarse en unas categorías específicas: algunos bancos cooperativos, como Crédit Coopératif en Francia -parte del grupo cooperativo BPCA- o la Caisse de Solidarité en Québec -parte del grupo cooperativo Desjardins- se concentran específicamente en la economía social.
-América Latina ha sido una de las regiones de menor crecimiento durante los últimos años, mientras que el cooperativismo está en aumento. ¿Cómo divisan el rol de la economía social en el continente en los próximos años?
El rol de la economía social en general y del cooperativismo en concreto ha sido y va a ser crucial como vertebrador y herramienta económica al servicio de las necesidades de la gente. El trabajo con los diversos movimientos sociales de la región será clave.
-Durante los últimos meses del 2017, el movimiento cooperativo y mutual logró trabajar en conjunto contra una ley que pretendía gravar el acto cooperativo de mutuales y cooperativas de crédito, ahorro y seguros, hecho que logró ser superado. ¿Las relaciones entre ambos movimientos -cooperativo y mutual- están afianzadas a nivel internacional o aún se ven como sectores diferentes?
El movimiento cooperativo y mutual son muy cercanos, considerando que la organización que representa tanto las cooperativas de seguros como las mutuales de seguros a nivel mundial, ICMIF, es una de las 8 organizaciones sectoriales de la Alianza Cooperativa Internacional. Si bien existen algunas diferencias entre las cooperativas y las mutuales, las similitudes entre los dos modelos superan las diferencias.
-Teniendo en cuenta la actual situación económica y social en nuestra región ¿Cómo pueden las cooperativas combatir las principales problemáticas de la región? ¿Y en otras regiones del sur mundial?
El informe “Reward Work, not Wealth’“, publicado por Oxfam recientemente, afirma que la riqueza siguió estando en manos de una pequeña minoría. La desigualdad sigue siendo un problema global que enfrentan nuestras sociedades. En su informe, Oxfam urge a construir una economía más humana y un mundo más equitativo, inspirándose en el ADN de las cooperativas. No podemos estar más de acuerdo. Al ser empresas centradas en las personas, responden de manera eficaz a las problemáticas que estas enfrentan. En su informe, Oxfam llama a los líderes mundiales a “incentivar los modelos comerciales que priorizan rendimientos más justos, incluidas las cooperativas, y la participación de las personas trabajadoras en la gobernanza de la empresa y la cadena de suministro”. Según el estudio, alrededor del 82% del dinero generado el año pasado se destinó al 1% más rico de la población mundial, mientras que la mitad más pobre no experimentó ningún aumento. Como he comentado antes, dado que no son propiedad de accionistas, los beneficios económicos y sociales de su actividad permanecen en las comunidades en las que están establecidas respondiendo así a sus necesidades y aspiraciones. Fin primero y último del modelo cooperativo.
-Usted ha trabajado muchos años en Cicopa y ha demostrado un éxito considerable en el fortalecimiento del sector ¿Cuál piensa será el rol del cooperativismo de trabajo en la actual gestión de la ACI?
Mis años en Cicopa me han demostrado toda la riqueza del trabajo sectorial en el movimiento cooperativo, y pienso que esta riqueza podría ser mejor puesta en valor en el seno de la ACI a través de una mejoría en la cooperación entre las organizaciones sectoriales del cooperativismo mundial, así como entre las mismas y las organizaciones regionales del cooperativismo, todas siendo entidades de la ACI. El conocimiento acumulado en esas varias entidades representa un gran patrimonio que debería ser mejor compartido, y la cooperación entre ellas puede generar aun más valor agregado para el cooperativismo mundial.