Secretaría de Extensión (SE): Omar, cómo fue su participación en la fundación de la Base Marambio en la Argentina, que edad tenía usted en ese momento?

Omar Aimaretti (OA), Suboficial Mayor Retirado de la Fuerza Aérea Argentina. Patrulla Soberanía: 33 años… yo fui destinado para pasar toda la invernada.

SE: Ud. estaba en la Fuerza Aérea?

OA: estaba en la Fuerza Aérea. Ya era Suboficial, Suboficial Auxiliar en ese momento, que es más o menos la mitad de la escala… del escalafón de suboficiales.

SE: estaba casado? Tenía hijos?

OA: casado con Mirta, teníamos a Silvia de 5 años y a Sergio de 2 años.

SE: cómo se sucede el destino “Marambio”?

OA: en ese momento estaba de pase en Córdoba, en la Escuela de Suboficiales de Fuerza Aérea y llegó el mensaje diciendo que quién se quería anotar, para ir a la Antártida y eso, entonces me anoté. Es una historia un poquito larga. Me anoté porque me enojé, nada más.

SE: se enojó con el trabajo?

OA: más o menos… lo voy a aclarar. Era un jueves a las 10 de la mañana, cuando llega el mensaje, entonces había otros 2 muchachos (subalternos mío) yo les dije “vayan ustedes, aprovechen que son solteros, vayan que van a ganar unos pesos y todo”. Bueno se fueron a personal y se anotaron.

Y al mediodía viene el encargado mío, eso era un jueves y me dice “flaco -porque me decían flaco- te tenés que quedar esta tarde, tenés que quedarte mañana a la tarde y tenés que venir el sábado a la mañana”.

SE: porque viajaban los otros?

OA: No, no, no porque era cuestión de trabajo. Le digo “mirá…”, y bueno… hay un exabrupto. Y le digo “ya me voy y anoto para ir a la Antártida”. Fuí y me anoté, enojado.

Ni pensaba ir a la Antártida yo, tal es así que cuando llego a mi casa, voy pensando en qué podría tener de bueno…y era que yendo a la Antártida y estando un 1 año, después tenés destino preferido. Y yo tenía ganas de venir a Tandil, porque mi señora es de Tandil.

Yo egresé de la Escuela de Suboficiales en el año 55’ y a principios del ’56 vine a Tandil y en el ’65 me fui de pase a Córdoba, fuimos con mi señora y mi hija. Tal es así que mi hijo, que es el segundo, nació en Córdoba. Yo estaba en la Escuela de Suboficiales y ya estaba cansado, no me gustaba eso de quedarme a la tarde y todo eso, no me gustaba. Entonces quería ver la posibilidad de venirme. Así que cuando me anoté ahí, fui y le dije a mi señora “me parece que nos volvemos a Tandil” -le digo. “Qué, conseguiste el pase?” –me dice-. “No, me anoté para la Antártida”… me quería matar! (risas).

SE: claro…un año solaaa.

OA: se enojó muchísimo! “Cómo te vas a anotar para la Antártida? “Le digo nooo… no voy a ir…porque hay un montón de gente que es especializada y todo, así que no creo que me elijan”.

Bueno, la cuestión es que tuvimos que ir a rendir examen, rendimos examen, lo pasé, rendí examen físico, lo pase y a la final fui (risas).

Y los 2 chicos que yo le aconsejé que fueran, no fueron.

SE: no entraron.

OA: No entraron.

SE: usted sabía lo que había en la Antártida?

OA: sabía que iba a ir a una base. Allá por ejemplo la  Fuerza Aérea tenía una base, que ahora es de verano solamente, que es Matienzo. Pero en esa época Matienzo funcionaba todo el año.

Yo pensé que iba air a la base Matienzo pero resulta que me mandaron a una base de Marina, a una aeronaval, porque iban a ir 2 aviones Twin Otter desde el continente, uno de Marina y uno de Fuerza Aérea. Iban a operar desde esa base Petrel que se llama, que está en la Isla Dundee que es en el norte. En el NE digamos… en la península antártica a la derecha mirándolo así de frente a la derecha, está una isla que se llama Dundee. En esa isla está la base Petrel de Marina y me mandaron ahí, porque ahí iba a estar el avión nuestro. Entonces teníamos que darle apoyo. Fuimos 5 de Fuerza Aérea a esa base: Licciardello, Giménez, Ayala, Medina y yo. Y en agosto nos dijeron si queríamos ir a hacer Marambio.

SE: en la preparación y el entrenamiento para qué los preparaban?

OA: para empezar había que tener también carácter, carácter, no ser agresivo ni nada de eso porque convivir un año todos hombres es difícil, muy difícil, pero hay que tratar de limar asperezas y todas esas cosas. Entonces no hubo casi problemas, problemas menores que siempre surgen de convivir tanto tiempo, pero en general no hubo problemas graves.

Y en agosto ya habían hecho unos estudios, había aterrizado un helicóptero en la isla Marambio, porque esa isla se llamaba Seymour antes, está cerquita del continente y había aterrizado un helicóptero en la meseta, porque es una meseta que está a 192 metros sobre el nivel del mar. Como es plana y los vientos no dejan acumular la nieve, entonces era factible hacer una pista ahí. La estudiaron, estudiaron el terreno. Como es tierra, pero es congelada, es dura, se adaptaba bien para poder hacer una pista. Buscaron voluntarios, nos dijeron si queríamos ir. Todos dijimos que sí, íbamos a la aventura, porque no sabíamos a qué, qué íbamos a encontrar, qué íbamos a ver ahí.

SE: y con qué llegaron?

OA: con un avión chiquito, un avión monomotor, de un solo motor, que aterrizó en el mar congelado entre la isla y el continente, el mar estaba congelado.

Primero fue el Teniente Posse, que era el piloto y el Suboficial Principal Velázquez, que era el mecánico del avión, hicieron varios pasajes sobre el hielo. Ahí probaron y todo, hasta que comprobaron que era factible aterrizar, entonces aterrizó con esquíes.

Pero nosotros lo que teníamos que hacer arriba era una pista para que puedan aterrizar los aviones con ruedas sin esquíes.

Primero fuimos 8 a Marambio. Quedaron 3 abajo en el Campamento Alfa: Licciardello, Ayala y Schenone y 5 fuimos arriba a la meseta a hacer la pista, ese era el Campamento Bravo y éramos: Mensi, Giménez, Soria, Medina y yo. Y bueno teníamos que hacer 25 metros de ancho por todo lo que pudiéramos de largo. Había que sacar las piedras para que pudieran aterrizar con ruedas los aviones, porque había muchas piedras ahí, entonces las teníamos que sacar  para que no se rompieran las ruedas. Además los primeros aviones, los 2 primeros aviones que iban a aterrizar que eran el Beaver, el avión chiquito, y el DC 3 es famoso en la Fuerza Aérea. El Tango Alfa 05, Tango Alfa quiere decir TA 05 quiere decir “transporte antártico” porque en la jerga aeronáutica cada tipo de avión tiene una denominación. Acá por ejemplo, cuando teníamos los Dagger eran “C”, eran caza, entonces tenían la “C”; los Mirage que estaban en Moreno tenían “I” porque eran interceptores; y en otras bases donde había, en Paraná por ejemplo, que había bombarderos tenían la “B”, de bombardero.

SE: tenían su código.

OA: cada uno tenía su código

SE: y con qué sacaban las piedras?

OA: con pico.

SE: a mano?!

OA: si, si, pico y explosivos, algunos explosivos.

Los 5 que fuimos arriba teníamos que hacer la pista en cualquier dirección, no importaba como, pero lo más largo que pudiéramos. Entonces subimos, después pasó el avión nos dejó en caída libre, nos tiró las carpas, la ropa nuestra y todo.

Y armamos el campamento. Primero armamos las carpas, 5 carpas de un metro de alto más o menos. Había 2 carpas para 1 persona y 3 carpas para 2 personas. Pero una de esas carpas la usábamos como comedor y cocina.

SE: ponían ahí todos los víveres.

OA: ahí hacíamos la comida y poníamos los víveres. Los víveres los teníamos en otro lado, la carne por ejemplo la dejábamos afuera.

SE: claro con ese frío no iba a pasarle nada.

OA: claro, hacía entre 10 y 20 grados bajo cero. Hasta 25 grados bajo cero. Para cortar la carne la teníamos que cortar con serrucho. Es lo mismo que vos ponés una carne en el freezer, y la sacás. No podés cortarla con un cuchillo, es imposible, tenés que dejarla descongelar y nosotros como no teníamos mucho tiempo para dejarla descongelar o ponerla a descongelar, la cortábamos y después la tirábamos arriba de una sartén y hacíamos bife y esas cosas. Aparte teníamos sobres de sopas y bueno, comida teníamos.

SE: y con qué cocinaban?

OA: cocinábamos con esos calentadores que ahora ya no existen más tipo Primus a querosén a bomba(risas). Vos ni los conoces siquiera.

SE:(risas) pero funcionaban bárbaro.

OA: siiiii. Y hacíamos el agua derritiendo nieve, en esos calentadores, con ollitas, la llenábamos de nieve. Y derretíamos la nieve y hacíamos el agua. Lo que pasa que la nieve es muy esponjosa, entonces le hacíamos un jopo de nieve arriba como si fuera un helado y quedaba un poquito así(señala dos dedos horizontales) de agua, nada más, viste, entonces esa agua aparte estaba un poco sucia. Teníamos que filtrarla, con una camiseta la filtrábamos.

SE: Ahh, tenía toda su técnica…

OA: si y después teníamos que dejarla decantar también un poco, que se bajara la tierra. Bueno, tomábamos, la usábamos para tomar y para hacer bebida teníamos sachet de jugo y hacíamos bebida y hacíamos la comida con eso.

SE: y lavarse?

OA: Lavarnos y bañarnos, NO. No teníamos como. Aparte el agua escaseaba, o sea daba trabajo hacerla, entonces no podíamos malgastarla.

SE: cuánto tiempo estuvieron así?

OA: 3 meses. Casi 3 meses, sin lavarnos, sin bañarnos y sin cambiarnos de ropa.

SE: uno se termina acostumbrando (risas)…

OA: El olor…No estaba como para andar cambiándose de ropa, desnudándose todo. Así que con toda la ropa que teníamos, lo único que nos sacábamos era la ropa de trabajo, nada más.

Te digo, tenía, por ejemplo en los pies, tenía 3 pares de medias de fútbol. Después viene una bota que es de goma abajo y lona hasta abajo de la rodilla que va atada. Ahí es todo lona y adentro de esa bota viene una bota de fieltro y una bota de paño.

Y después tenía calzoncillo común, bóxer, más un calzoncillo de frisa, un pantalón vaquero y arriba de eso un pantalón de pijama de nylon. Y arriba tenía camiseta gruesa de frisa, una camisa tipo leñador, un pulóver y el saco del pijama de nylon también y arriba de eso nos poníamos la ropa de trabajo, entonces a la noche, cuando nos acostábamos nos sacábamos solo la ropa de trabajo.

SE: y cómo dormían?

OA: Teníamos colchonetas inflables. Dormíamos en unas colchonetas inflables y bolsas de dormir con cierre, entonces nos metíamos adentro de la bolsa de dormir y dormíamos así, con toda la ropa puesta.

SE: y después arriba qué? Pasamontaña?

OA: arriba usábamos birrete con orejera; a lo mejor anteojos desde ya porque si había sol el resplandor de la nieve es muy bravo. Aunque ahí no había nieve pero el resplandor del continente que lo teníamos ahí no más, que estaba todo lleno de nieve, es molesto. Entonces usábamos anteojos para sol y todo eso y un birrete con orejeras para tapar las orejas y eso usábamos para trabajar.

Y empezábamos a hacer la pista, teníamos que hacer de 25 metros de ancho por todo lo que pudiéramos de largo.

SE: y les tocó alguna tormenta en el medio de ese trabajo?

OA: tuvimos un temporal de una semana más o menos.

SE: una semana entera?

OA: si, que nos quedamos sin víveres también. Estábamos con raciones de supervivencia: unos cajones con carne charqueada, “charquicán” que le llamaban y algunas otras cositas como galletitas como para subsistir. Lo que pasa es que por ahí mejoraba el tiempo en Marambio pero estaba malo en Matienzo, entonces el avión no podía despegar de Matienzo. Por ahí estaba bueno en Matienzo pero estaba malo en Marambio. Por eso estuvimos una semana.

SE: Dónde les había quedado el campamento?

OA: el campamento lo hicimos al borde de la meseta, es escarpada la meseta. Una carpa era tipo como un cono, alta de un metro más o menos, que esa la usábamos como depósito y baño.

Después venia otra carpa igual que esa triangular, en la que dormía el jefe, que era un teniente. Después venia la que usábamos de comedor, después venían dos carpas que eran para dos personas en las que estábamos nosotros.

Entonces para ir de la carpa nuestra hasta la carpa del comedor, había veces que teníamos que ir arrastrándonos por el viento. Porque si te parabas te llevaba. Así que teníamos que ir arrastrándonos para llegar a la carpa a comer. Vientos de ciento y pico de kilómetros.

SE: Y las carpas no se volaban?

OA: No, no, no. Las carpas resistían muy bien.

SE: Y cuando paró el temporal, retomaron el objetivo.

OA: Si, sí. El objetivo era hacer una pista donde pudieran aterrizar aviones que fueran desde el continente directamente y aterrizar ahí, con ruedas.

SE: Por qué? Qué lugar estratégico era ese?

OA: Bueno, es estratégico geopolíticamente por el tema del reclamo. Hay muchísimos países que están en la Antártida y se pueden instalar en cualquier lado de la Antártida siempre y cuando no entorpezcan la función de otra base. Pueden estar al lado de otra base de un país, de otro país pero que no entorpezca el funcionamiento de esa base.

SE: Eso es lo que llaman Tratado Antártico?

OA: El Tratado Antártico, exactamente. Eso ya estaba hacía muchísimos años, muchísimos años. Y espero que nunca se divida la Antártida.

SE: así que el objetivo de ustedes, como Fuerza Área de la Argentina, era el de tener presencia en el territorio?

OA: Por eso te digo que geopolíticamente es conveniente. Hay otras bases, porque hay bases de Ejército, hay bases de Marina, pero esta base lo que daría es que los aviones pudieran ir y volver en cualquier momento del año. Antes únicamente se iba en barco en verano nada más, después hasta el verano siguiente no había más comunicación, o sea comunicación por radio sí, pero digamos, por barco no.

Estábamos haciendo la primera base donde podrían aterrizar con ruedas los aviones. Iban los aviones lo mismo, por ejemplo, a Matienzo, pero aterrizaban en el mar congelado y en la nieve, o sea aterrizaban con esquíes. En la base Petrel donde estábamos nosotros aterrizaban en un glaciar pero con esquíes, o sea, en todos los lugares, en la Base Esperanza del Ejército, también con esquíes. Tal es así que ahora hay un avión, un Twin Otter que está permanente en Marambio que tiene el sistema de esquí y ruedas. O sea, tiene esquíes y tiene las ruedas, así que los esquíes se elevan hidráulicamente cuando está en el aire. Si va a aterrizar en nieve baja los esquíes, si va a aterrizar en Marambio los sube y aterriza con las ruedas.

Por eso, cuando sale de Marambio para ir a otra base cualquiera Esperanza, Petrel, Matienzo, donde sea, baja los esquíes aterriza con esquíes, y ese avión está permanente.

SE: así que Uds. cumpliendo ese objetivo estuvieron tres meses?

OA: más o menos tres meses. Y después que nos fuimos, se siguió. Porque primero vino la inauguración que fue el 29 de octubre de 1969. Yo estuve hasta ese día. Después de la inauguración me llevaron de nuevo a la base y ya vinieron otros.

SE: de qué medidas les quedó la pista?

OA: primero fueron 800 metros, luego fueron 1200 metros, más o menos. Ahora creo tiene 1400, no recuerdo bien cuánto tiene ahora. Después la ensanchan, ya llevaron máquinas. Cuando pudo aterrizar el Hércules C130, que carga 20 mil kilos, 20 toneladas, empezaron a llevar máquinas y con las máquinas, la pista que hicimos nosotros era de 25 metros de ancho nada más.

SE: uds la primera pista la hicieron a mano, con el pico y explosivos…

OA: a nosotros nos dijeron 25 metros de ancho. Entonces nosotros buscamos el eje de la pista. Bueno “este va a ser el eje de la pista”: doce metros y medio para allá, doce metros y medio para acá y tirábamos las piedras, sacábamos las piedras y las tirábamos ahí, así que quedó todo marcado con piedras.

Estaba la pista toda marcada con piedras. Y cuando tuvimos 300 metros de largo aterrizó el avión chiquito y cuando tuvimos 450 metros aterrizó el TA 05 con el Vicecomodoro Olezza que era el alma mother de eso, el que quería hacer la pista ahí. Así que esa fue la historia. Luego del aterrizaje del TA 05 llegó el resto de los compañeros que conformamos la Patrulla Soberanía.

La intención nuestra fue hacer la pista, queríamos hacer la pista. La hicimos y es un orgullo para nosotros. Cuando aterrizó el primer avión, el piloto y el copiloto, el piloto y el mecánico que iban, llorábamos, nos abrazábamos (se emociona). Cuando aterrizó el otro avión también con el Vicecomodoro Olezza también, una alegría bárbara, ya habíamos terminado, al final habíamos logrado el objetivo.

SE: la primera pista en Marambio!!!

OA: después cuando se inauguró, fue desde acá, del continente, desde Buenos Aires hasta Río Gallegos, un F27, un avión bimotor, un avión biturbo hélice, de dos motores. Ahí llevó todas las autoridades: el Ministro de Defensa, los jefes de cada una de las fuerzas y se hizo una inauguración oficial. Y fue hasta Río Gallegos y desde allí hizo el cruce y aterrizó, en la pista que ya tenía 800 metros. Y ahí se hizo la inauguración. Después ya llegó el otro contingente, o sea la primera dotación. Porque nosotros no figuramos como dotación, nosotros figuramos como fundadores de la base.

SE: es lo que hicieron!

OA: la primera dotación es la que nos relevó a nosotros. Ellos siguieron viviendo en carpas un tiempito hasta que le empezaron a llevar materiales, hicieron casas y ya se fueron a las casas.

SE: cuándo se empieza a armar lo que es la Base?

OA: lo que pasa es que en ese verano, nosotros terminamos en octubre y ya empezaba el verano. En ese verano hasta febrero más o menos, empezaron a construir lo que es la base, a hacer la casa, la casa-habitación para la gente, a hacer otro edificio para la radio, en fin, y después se fue agrandando. Ahora es impresionante lo linda que es la base. Antes por ejemplo, para ir de un lado a otro había que ir con cuidado. Ahora está todo comunicado por pasarelas. Unas pasarelas que están a un alto de un metro del suelo. Entonces uno no se puede perder, puede salir con una ventisca por ejemplo y no se va a perder, porque está todo señalizado y con pasarelas con barandas por ejemplo.

SE: de los dos lados, como un pasillo.

OA: si, sí. Entonces es imposible perderse ahí. Y en la parte de abajo, el piso de la pasarela, es un enrejado en rombo. Un enrejado metálico, entonces evita que la nieve se quede arriba. Pasa para abajo. Es difícil perderse, está todo comunicado.

La base es prácticamente una base científica porque en el verano va mucha gente, van muchos científicos. Se hacen estudios de todo tipo: glaciológicos, meteorológicos, de la capa de ozono, se hacen todos los estudios. La dotación normal son más o menos 70 personas, la dotación de invierno, pero en el verano llegan a haber 150 personas, porque van muchos científicos civiles que van a trabajar durante todo el verano. Hay gente también que va y se queda durante todo el año porque durante todo el año se siguen haciendo estudios de ese tipo.

SE: cuánto tiempo se quedaron después? Estuvieron tres meses haciendo la pista y después estuvieron más tiempo en la Antártida?

OA: yo volví en diciembre. A mí me llevaron de vuelta a la base después que se hizo la inauguración y ahí me quedé desde octubre hasta diciembre. Volví en el rompehielos San Martín a la base donde habíamos ido antes.

Hice todo el año en la Antártida. Salimos de Buenos Aires en avión hasta Río Gallegos el 23 de diciembre del ’68. De ahí nos fuimos en otro avión hasta Ushuaia, un avión más chico. Ahí estuvimos el 24 a la noche, o sea la Navidad la pasamos en el barco y el 26 salimos para la Antártida. Y el 6 de enero desembarcamos en la base nuestra. Ahí nos quedamos prácticamente todo el año hasta que fuimos a hacer Marambio, después volvimos a la base hasta que llegó el rompehielos. Me llevaron al rompehielos en helicóptero.

SE: cómo fue ese año en la Antártida, tenía comunicación con su familia?

OA: si, por radio teníamos comunicación. Teníamos horarios todos los días, todos los días un horario. A la mañana a las 11 de la mañana y a la tarde no recuerdo a qué hora era, pero yo por lo general hablaba con mi señora todos los domingos. Nosotros vivíamos en Arana entre Rodríguez y 9 de Julio, que era la casa de mi suegra.

SE: acá en Tandil?

OA: si. Antes de irme yo me anoté para una casa en el Barrio Jardín, que es donde vivo actualmente, entonces en mayo de ese año, del ’69, le entregaron la casa a mi señora. Yo no estaba, estaba allá.

SE: ah, ella sola se mudó y todo.

OA: ella hizo la mudanza, compró muebles nuevos, porque en realidad yo tenía mi sueldo y cobraba prácticamente dos sueldos más que era el suplemento antártico. Entonces era bastante plata. Y yo le dejé un Poder Total a mi señora para que hiciera lo que quisiera. Porque le podía dejar un poder total o un poder parcial. Yo le dejé un poder total, que hiciera lo que quisiera. Cuando vine la casa estaba amueblada, con cortinas, impecable.

Mi señora lamentablemente falleció hace muy poquito, hace un mes y días, el 27 de septiembre de 2019, pero era una administradora espectacular.

SE: claro se ocupó de los chicos y todo.

OA: ella se encargó de todo, de recibir la casa, pagar los impuestos, pagar las cuotas. Pagaba todo. En ese sentido una administradora de primera.

SE: así que con ella hablaba los domingos…

OA: si, porque resulta que donde nosotros vivíamos, en la casa de mi suegra, al lado había una familia que tenía teléfono. Entonces nosotros nos comunicábamos con Pacheco Radio, cerca de Buenos Aires y de ahí nos comunicaban por teléfono a Tandil. Entonces llamaban a la casa de la vecina en el horario de las 11 de la mañana más o menos, entre las 11 y las 12, entonces se iba a la casa. Mientras estuvo allá, en la primera dirección, antes de mudarse, no había problemas. Ahora después ya cuando se vino al Barrio Jardín, en mayo, se iba los domingos a la casa de la madre, entonces llamábamos por radio Pacheco que nos comunicaba. Llamaban a la casa, a la casa de la señora que era amiga de mi señora de la misma edad casi, me decía “un momentito, le voy a buscar a la señora”. La llamab, venía, y recién cuando ella decía “hola”, ahí empezaba a correr el tiempo para cobrar. O sea, todo el resto del tiempo no lo cobraban.

SE: podían escucharse bien?

OA: y, había veces que se podía hablar como si hablaras por teléfono, otras veces que si la propalación estaba mala, los mismos de Pacheco decían: “la propalación es mala, hablen por sistema de cambio”. Entonces hablaba uno y decía “adelante cambio”, hablaba el otro y “adelante cambio”. Porque si no, no nos íbamos a entender. La mayoría de las veces la propalación era buena, entonces hablábamos como si habláramos por teléfono.

SE: tenían límite de tiempo para hablar o no?

OA: y si, por lo general eran varios los que querían hablar, entonces uno mismo lo hacía.

SE: para compartir.

OA: claro. Ahora muchas veces sobraba tiempo, quedaba tiempo, pero ya no íbamos a llamar de nuevo, entonces los mismos de Pacheco nos decían si queríamos que nos leyeran los diarios. Y “bueno dale” y se ponían a leernos los diarios. Nos leían los diarios.

SE: y así se informaban también.

OA: Claro, por ejemplo, suponete que teníamos una hora para hablar. Por ahí no hablaban todos, hablábamos dos o tres. O cuatro. Entonces hablábamos 10 o 15 minutos, más de eso no hablabas, tanto tiempo no tenés.

Entonces sobraba tiempo. Y le correspondía el tiempo a la base nuestra, entonces los muchachos de Pacheco nos leían los diarios.

SE: y allá en la base tenían libros, con que se recreaban?

OA: por empezar había que trabajar, mantener la base y todo eso, se hacían turnos. Había un turno para hacer agua y otro turno, que le decíamos “el turno de María”, que era de limpieza: había que levantarse a la mañana, poner la mesa para el desayuno, el cocinero preparaba el desayuno. Al que le tocaba el turno, suponete a mí, yo tenía que ir, servir el desayuno a todos los que estábamos en la base que éramos más o menos 20, servirle el desayuno a todos, limpiar todo, limpiar la casa, al mediodía servir la comida, levantar todo, limpiar la vajilla, a la tarde seguir limpiando, a la noche la cena. El turno era de 24 horas. Y el agua pasaba lo mismo. El agua teníamos lugar abajo, teníamos 2 tambores de 200 litros con un quemador abajo, un quemador a gas oil que derretía la nieve. Entonces le poníamos la nieve y tenía dos caños que entraban adentro del tambor y un caño que salía principal y llegaba a los tanques de agua que estaban en el entretecho de la casa. Entonces no se congelaba el agua porque la casa tenía calefacción, tenía calefactores a gas, teníamos tubos de gas, entonces el calor va para arriba, entonces el agua se mantenía más o menos bien, no se congelaba. No llegaba a congelarse. Cuando se llenaban los tambores teníamos una bomba eléctrica  con la que llevábamos agua a los tanques y había que entregar el turno al otro día con los tanques con la mitad de agua, para que no tuviera tanto trabajo el otro. Lo que tenía que hacer era echar más nieve nada más.

SE: tenían toda una logística organizada.

OA: Si, sí. Teníamos toda una logística organizada. Y eso era rotativo. Le tocaba a todo el mundo. Una vez tocaba el turno de casa, otra vez el turno de agua. Y el baño también era restringido. Para bañarse era viernes, sábado o domingo. No viernes, sábado y domingo. Uno de los tres días. Uno elegía si se bañaba el viernes, si se bañaba el sábado o se bañaba el domingo nada más. El único que se podía bañar en cualquier momento era el que hacía agua, entonces uno cuando terminaba de hacer agua se pegaba un baño, porque ese quemador de gas oil largaba un humo y quedaba medio negro de hollín. Entonces el que hacía agua estaba habilitado para bañarse. Así que si te tocaba turno de agua durante la semana te tocaba bañarte dos veces en la semana

SE: la gente con la que le tocó ir a Marambio era gente que ya conocía de la Fuerza o era gente que conoció ahí…

OA: la conocí ahí. La conocí en el barco cuando íbamos.

SE: y se siguió tratando, se siguieron viendo?

OA: Si, nos hemos reunido algunas veces. Aparte nos llevaron. Cuando se cumplieron 20 años el Senado de la Nación nos hizo un homenaje y fuimos a Marambio. Nos entregaron un diploma, un pergamino y una medalla y cuando se cumplieron 30 años. La Cámara de Diputados también nos hizo otro homenaje y también fuimos a Marambio.

SE: y después siguiendo ud dentro de la Fuerza Área, le tocó intervenir en la Guerra de Malvinas?

OA: a mí me tocó, cuando estaban los Dagger acá en Tandil, me tocó ir a Río Grande. Nosotros estábamos en Río Grande, había dos bases que eran gente de Tandil. Una en San Julián y otra en Río Grande. Río Grande era una base de Marina pero operaban los aviones nuestros.

SE: ud. fue desplegado allá?

OA: Yo fui desplegado allí. Y de ahí salían los aviones a atacar las islas, a los barcos, mejor dicho. Tuvimos 10 derribos, 11 derribos mejor dicho, 5 pilotos muertos y un suboficial que iba en un barco argentino que lo bombardearon y lo hundieron. También murió, de acá de Tandil.

SE: y ud. estuvo durante toda la guerra en Río Grande?

OA: yo fui un tiempo después que había empezado la guerra, relevé a otro que se tenía que venir y entonces fui yo. Porque yo me había quedado acá primero. Lo que si le insistí a mi jefe que quería ir, quería ir, quería ir, “yo quiero ir”, -“no Aimaretti, Ud. es necesario acá” me decía. “Pero me siento un inútil acá” insistí. “Acá lo necesito y yo lo necesito”. Al final me mandó.  No estábamos en la guerra propiamente dicha porque era en las islas la guerra, pero era. Inclusive, ahora, últimamente, está saliendo por parte de los ingleses que habían preparado un ataque a Río Grande justamente para matar a los pilotos, destruir a los aviones.

Y que les falló, les falló la logística a ellos. Por eso no pudieron atacar, pero si no, nos hubieran atacado, un grupo comando nos iba a atacar. Iban a aterrizar con un C130 y nos iban a atacar. Un grupo de comandos ingleses. Eso se está sabiendo ahora.

SE: la Antártida está fuera de un conflicto bélico?

OA: allá por ejemplo en la Antártida no pueden ir ni aviones de combate ni barcos de combate ni nada que tenga armamento ni nada. Los aviones que van son de la fuerza y los barcos también pero son de transporte. El avión que va es el Hércules pero es de transporte y el barco que va es el rompehielos, el Bahía Aguirre, que fui yo, ahora no está más ese barco, pero los barcos que van son barcos de transporte. Sólo los de transporte, no pueden entrar barcos de guerra.

SE: Vamos al regreso. Cómo fue ese año cuando volvió de Marambio? reencontrase con la familia y con sus hijos?

OA: bueno, llegué…no me acuerdo si fue para el 22, 23 de diciembre del ’69 por ahí, cuando más o menos llegué. Y mi hijo, el 2 de enero del 70’ cumplía 3 años, cuando me fui era muy chiquito, casi ni me conocía. Me miraba, así (gesto de ignorancia).

SE: claro, como diciendo “este quien es”?

OA: no sabía quién era yo. Mi hija, la más grande sí, porque ella tenía 5 años cuando me fui. Ya viviendo en el Barrio Jardín, las maestras del jardín que está ahí en Roca, tocaban timbre en las casas para que los chicos comenzaran para poder inaugurarlo,  así que Silvia hizo unos meses y ya después pasó a la 34 a primer grado. Mi  otra hija, Cecilia nació 2 años después de mi llegada de Marambio.

SE: no fue el por año de ausencia?.

OA: no. No. Por abstinencia no fue (risas)

SE: muchas gracias Omar, un honor poder conocerlo, difundir su historia y con su testimonio difundir la historia de nuestro país.

Actividad realizada: https://extension.unicen.edu.ar/charla-abierta-sobre-tratado-antartico-y-base-marambio/

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