Alejandro Dolina redondeó el jueves una noche espectacular en Tandil logrando una masiva presencia en el Aula Magna de la Universidad para realizar en vivo el programa radial La Venganza será Terrible que media hora después se transmitió a todo el país por Radio Del Plata. Dos horas antes de lo previsto para la apertura de las puertas, ya había tres cuadras de cola a lo que había que sumar la gran cantidad de gente que desistió de formar esa fila interminable. Dolina comenzó su show a las 21,30 en punto mientras el público colmaba las instalaciones, los pasillos lindantes al lugar e incluso buena parte de la vereda de Pinto hacia donde se enfocaron parlantes para que desde afuera pudiera seguirse la transmisión.
El show, como de costumbre, tuvo de todo: mucho humor, melancolía, relexiones y música para el estallido final.
Tras iniciales referencias a la ciudad que arrancaron risas y aplausos -amén de una merecida ovación a René Lavand, presente en la sala- Dolina, acompañado de Jorge Dorio, Patricio Barton y el Trío Sin Nombre desarolló su espectáculo con particular histrionismo, rescatando el artista el grado de calidez e intimidad que se produjo en el Aula Magna con el público prácticamente al lado de los protagonistas, tal como sucede, por ejemplo, en el Café Tortoni, de la Capital Federal.
Con canciones de los Beatles, Gardel y Sting, un repertorio tan variado como efectivo, se cerró el programa de dos horas ante el delirio de los presentes que rodearon a Dolina a su salida que se tomó todo el tiempo para la firma de autógrafos: durante una hora estampó su firma y recordatarios a los libros de su autoría que le presentaban centenares de fans.
De este modo, una vez más en Tandil y de la mano de la Universidad, a través de la Secretaría de Exensión -acompañados esta vez por la Jefatura de Gabinete Provincial- el poeta de las cosas mundanas dejó un sello imborrable.
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