20170401_100621Casi en paralelo con la aprobación en el Senado –ya había ocurrido en Diputados- del uso medicinal del Cannabis, la UNICEN a través de su Secretaría de Extensión y las Facultades de Derecho, Ingeniería, Ciencias Humanas, la Escuela Superior de Ciencias de la Salud junto a la Asociación Cannabis Tandil, concretó, dentro de ese marco legal, la primera jornada en el país sobre un tema de alta sensibilidad social y de fuerte impacto entre pacientes que buscan tratarse –o ya lo están haciendo- con el cannabis, esa planta que durante años generó altas controversias respecto a sus propiedades curativas.

Esto quedó corroborado con la multitud que colmó el sábado las instalaciones del Centro Cultural Universitario, no sólo la sala auditórium donde se realizó el debate, sino el Salón de los Espejos en el que se ubicó una pantalla gigante para que centenares de personas, venidas incluso de la región, pudieran seguir el encuentro.

La apertura estuvo a cargo del Secretario de Extensión de la Universidad, Daniel Herrero, quien se refirió a la buena recepción que tuvo la UNICEN y las distintas facultades de esta propuesta de Cannabis Tandil que encontró rápido apoyo pero también gran repercusión lo que quedaba evidenciado con la alta concurrencia, a la vez que auguró jornadas similares en otras las otras sedes, como Azul y Olavarría.

En la ronda de exposiciones, el que cosechó las mayores ovaciones y de pie fue el Dr. Carlos Magdalena, neurólogo infantil del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, especialista en el uso de Cannabis Medicinal que  realizó una encendida defensa del mismo tras comentar su propia experiencia en ese campo. “Hace dos años tuve un paciente de dos meses con una epilepsia severa a quien se le había diagnosticado dos años de vida, hoy tiene cinco. Pero yo era un neófito en la materia hasta que vino la madre y me dijo que le estaba suministrando un aceite en una botellita. ¿Qué es?, le pregunté. Aceite de marihuana, me respondió. Bueno señora, mejor infórmese, le respondí incrédulo. Pero fui yo el que tuvo que informarse, investigar y tratar con pacientes y familiares, para comprender que el cannabis tiene 45 propiedades medicinales conocidas”.

Luego se refirió al prejuicio que existía –y existe- no sólo en la sociedad sino en la comunidad científica, exigiéndose al cannabis una desmesurada evidencia lo que ocurre con otras drogas, preguntándose luego “¿por qué hay que negarle al paciente la chance terapéutica?. Nuestra misión, como médicos, es aliviar el dolor, que la percepción del sufrimiento sea la mínima posible. Negar esa chance es inmoral”, enfatizó generando el primer y cerrado aplauso de la concurrencia. “No se puede hacer abstracción de lo humano cuando se tratan estos temas, por eso sostengo que son los pacientes los que nos terminan enseñando más que la facultad misma”.

Se mostró feliz por la legalización del uso del cannabis, pero abogó sin vueltas por el autocultivo regulado en la Argentina: “¿por qué no les damos a las familias la oportunidad del autocultivo? Son las madres quienes más claro tienen este tema, ¿por qué entonces esperamos tanto para legislar sobre algo que mejora la calidad de vida? Sólo las madres saben lo que significa tener un hijo con encefalopatía y que de pronto pueda tener una vida social y recuperar la sonrisa gracias a este uso medicinal. Cuando empecé con esto me decían el Dr. “Porro” pero ahora el cannabis es ley”, sostuvo con un halo humorístico a la vez que indicó, ante una pregunta, la posibilidad que en Tandil se creara una red de médicos que acepten el uso del cannabis.

Una ovación sostenida le puso la rúbrica a esta exposición de parte de un auditorio heterogéneo, pero con aprobación unánime a esos dichos.

Previo a esta explosiva pero enriquecedora charla, habló Marcelo Morante, médico, docente e investigador de la Universidad de La Plata quien, a tono con Magdalena, se refirió a la medicina canábica como una oportunidad  terapéutica “que no contribuye al consumo desmedido ni a la adicción”, aunque reconoció que este debate todavía existe y es válido. “El problema es el dolor, no el cannabis pero lo condenamos por el título –marihuana- por los prejuicios sociales”.  Pidió que, ahora que el uso medicinal está legalizado, el Estado sea asegurador de la sustancia en forma gratuita “en vez de ejercer un poder de policía sobre el autocultivo”.

También hicieron uso de la palabra la médica psiquiatra Lucía Lizaso, de la Escuela Superior de la Salud de la UNICEN para referirse al uso del cannabis en ese campo específico, la abogada Guillermina Zabalza, de la Facultad de Derecho de la UNICEN quien abordó el tema de los derechos del paciente, cerrando el Dr. Diego Araujo, defensor oficial del Poder Judicial quien habló sobre el sistema legislativo argentino y el cambio de leyes.

La Asociación Cannabis Tandil, por su parte, se encargó de recoger testimonios y exponerlos, lo que enriqueció aún más esta jornada que mantuvo en todo momento una interacción fructífera con los presentes.

La conducción del encuentro –que prosiguió hasta media tarde- estuvo a cargo de Cecilia Astigueta, que coordina el Programa Equidad en Salud, de la Secretaría de Extensión de la Universidad.


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