cuidadoresDocentes, estudiantes y egresados de los cursos de cuidadores domiciliarios de la Unicén están conformando una cooperativa de trabajo con el fin de regular la actividad en Tandil, ya que actualmente no cuenta con ningún tipo de marco normativo. Con ese objetivo, hoy a las 20 en la biblioteca Alberdi, situada en Colón 1341, se realizará una reunión y se aprobará el estatuto.

Fernando Farinati, egresado y coordinador de la cooperativa, explicó que “mientras estábamos haciendo el curso nos dimos cuenta que casi todos estábamos trabajando en la misma actividad, pero sin un título habilitante. Eso fue lo que logramos con el curso de la universidad. El tema era que había dispares formas de cobrar, unos cobraban una cifra, otros otra. Entonces la idea es unificar un valor estable, que a su vez haya un centro donde la gente llame y se consiga trabajo para todos, y regular la actividad”.

María Cecilia Astigueta, la coordinadora del programa de cuidadores domiciliarios de la Unicén, aseguró que es muy positivo que se conforme la cooperativa, ya que hasta ahora es la universidad la que se encarga de las funciones que a partir de ahora tendrá esa nueva institución.

“La gente nos llama a nosotros ahora porque somos los que les dimos el certificado. Tenemos un listado de todos los cuidadores que se han graduado que son tres cursos completos en Tandil, de aproximadamente 40 cada uno. Así que tenemos un número interesante. Además esta lista de graduados se la damos a las obras sociales que nos las piden”, indicó.

Y añadió que “cuando las personas nos piden estas listas, les hacemos firmar una constancia donde dice que se llevan los datos personales sólo por motivos laborales, como para tener un mínimo resguardo, pero para nosotros es muy bueno que se conforme esta cooperativa. La hemos incentivado desde el primer día, el curso así lo prevé, así lo baja el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación”.

Una de las cátedras está vinculada al cooperativismo y la solidaridad pero “siempre costó hacer germinar esa semillita y tuvo mucho que ver con esta iniciativa porque se necesitaba a alguien que agarrara la bandera y a todos les pareció una buena propuesta”.

“Una cooperativa es como si fuera una empresa y asumir esta responsabilidad siempre les dio miedo. Mucha gente que tenemos haciendo estos cursos son personas que empezaron limpiando una casa, terminaron siendo la persona de confianza de la familia y terminan cuidando al abuelo. Ahora viene a formarse, querer ser un mejor trabajador y tener una fuerza laboral genuina porque esto le permite entrar en mercados laborales en blanco”, explicó la coordinadora del curso.

La función de la entidad

Astigueta detalló que “puede haber problemas laborales, cuidar a alguien no es para cualquiera, requiere una sensibilidad muy especial y una responsabilidad muy grande y a veces no encuentran con quién hablar estas cosas”.

“Es muy raro que vayan a un psicólogo pero nosotros les recomendamos el cuidado del cuidador, por los límites, las cuestiones que les afectan, los duelos, a veces cuando fallece una persona que cuidan sufren un montón porque se encariñan. Entonces la idea es que la cooperativa arme este grupo humano además de trabajo, que los va a contener o si hay situaciones que denunciar, porque uno puede ver abusos o maltrato de un abuelo por parte de una institución o familiar”, sostuvo.

En ese sentido, la cooperativa va a otorgarles ese asesoramiento y “en cuanto a lo laboral también sobre cómo presentar el currículum, que también lo damos en el curso, perfiles laborales, ellos ahora podrán armar un perfil laboral, que nosotros no lo podemos hacer porque son muchos. Esto significa que la familia puede decir qué perfil de cuidador quiere y el cuidador también puede elegir si prefiere cuidar un abuelo, un discapacitado o alguna otra persona”.

Eso implica “compaginar la oferta con la demanda. Hay patologías que no todos aceptan manejar, como discapacidad, Alzheimer, enfermos oncológicos. Nosotros los preparamos para todas, pero igual como cualquier trabajo eligen qué tipo de cosas les interesan, o dónde se sienten más realizados. La cooperativa les va a dar eso”.

El perfil del cuidador

A pesar de que el cuidador domiciliario tiene la formación para trabajar en una casa, también está preparado y formado para hacerlo en instituciones. De hecho las prácticas se llevan adelante en lugares como en el hogar San José, San Lucas, Aderli o la Casa de la Esperanza.

“Los cursos arrancaron en 2012, se hace por un convenio entre la ministra de Desarrollo Social de la Nación Alicia Kirchner y el rector Roberto Tassara. Este convenio marco se baja a la Secretaría de Extensión”, indicó.

En cuanto a los estudiantes, afirmó que “muchas de las personas que tenemos en los cursos tal vez hace 20 años que no se sientan en una silla a escuchar una clase, entonces tenemos que hacer que esos saberes se encuentren, se reconstruyan y es maravilloso. Hace casi tres años que se sostiene el equipo de docentes porque lo disfrutan mucho, hay gente que hace el curso no sólo por lo laboral, hay parejas que lo hacen para cuidarse el uno al otro, hijos para cuidar a sus papás”.

La diversidad

Este año la inscripción al curso, que comenzará el 15 de septiembre en el Centro Cultural Universitario, será a partir de los 18 años y no desde los 24 como era hasta ahora.

Además, algo nuevo que se incorporará a partir de un convenio nacional con Attta (Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina) es la posibilidad de fomentar que personas trans realicen esta capacitación y tengan esta interesante salida laboral.

Al respecto, la coordinadora del programa destacó el hecho de que “se incluya la diversidad entre los estudiantes. Vamos a fomentar que vengan personas trans, que son muy buenos cuidadores porque tienen la fuerza física para poder levantar un abuelo y la sensibilidad para cuidar”.

“Además, los podemos sacar de mercados laborales que no son los óptimos e insertar en un mercado laboral más vinculado a sus derechos humanos. Esto se viene haciendo en otros lugares del país y nosotros en la región es la primera vez que lo vamos a implementar. Si bien siempre estuvo abierto esta vez va a ser con especial búsqueda de ellos”, sostuvo.

Gran demanda

Sobre el final, destacaron la gran demanda que hay de alumnos interesados en participar de los cursos, a la vez que también hay una importante salida laboral.

“Tandil tiene 30 geriátricos habilitados, y otros que no lo están, así que hay muchos adultos mayores que necesitan cuidado y tenés todos los que están en casas también. Hay mucho trabajo y esta herramienta está muy buena porque es gratis, les damos hasta los cuadernillos, sólo tienen que venir, sentarse y asistir”, finalizó.

Requisitos para ingresar

Para aquellos interesados en formar parte de la cooperativa de trabajo, los requisitos son llevar la fotocopia del título habilitante, del DNI, de la inscripción en monotributo social u otras categorías, cuatro fotos 4 por 4 tipo carnet y 300 pesos de capital inicial y trámite.

Para más información, comunicarse al 154-325953 ó 444-1021

Fuente: Diario el Eco de Tandil

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